La Alcaldía de Medellín certificará a 46 personas con discapacidad y usuarias de sillas de ruedas, quienes culminaron el campamento de inmersión Formación y entrenamiento de vida independiente, que ofreció herramientas para mejorar su participación, autonomía y calidad de vida en el desarrollo de actividades básicas cotidianas.

Este proceso se desarrolló desde diciembre de 2020, con una inversión de $64’400.000, procedentes de recursos de Presupuesto Participativo.  Los beneficiarios son habitantes de las comunas 3-Manrique, 4-Aranjuez, 6-Doce de Octubre y 15-Guayabal y la iniciativa forma parte del proyecto Rehabilitación Funcional, liderado por el Equipo de Discapacidad de la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos.

“El modelo social de ciudad al que le apostamos tiene una gran incidencia en la vida de las personas con discapacidad y sus cuidadores. Por eso, con estos cursos identificamos y fortalecimos las capacidades y competencias de cada beneficiario, para que hagan un uso adecuado de las sillas de ruedas y sean partícipes activos y responsables a la hora de desenvolverse en actividades de la vida diaria de forma independiente e interactuando en diferentes ámbitos de la sociedad de manera equitativa”, manifestó la secretaria de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, Mónica Alejandra Gómez.

La formación estuvo a cargo de instructores certificados que combinaron distintas técnicas lúdicas para enseñarles a los beneficiarios acerca del uso adecuado de la silla de ruedas. También se trataron temas como conceptos técnicos y normativos, oferta de servicios institucionales, equidad de género, sexualidad, participación, empoderamiento y adaptación al cambio, entre otros.

“Ahora que tengo la experiencia de este curso me parece muy bueno, he conocido personas muy lindas y he aprendido cosas que me faltaba mejorar. Ya no tengo que pedirle tanta ayuda a otra gente, he aprendido a hacer por mí misma cosas que pueden parecer pequeñas, pero que para mí son grandes porque antes eran una barrera”, expresó Maribel Rodríguez, una de las beneficiarias.

El entrenamiento se desarrolló bajo la metodología de aprendizaje experiencial, que permitió a los participantes hacer buen uso de la silla de ruedas en su vida cotidiana con orientación de facilitadores expertos. De esta forma, los beneficiarios aprendieron a trasladar su cuerpo, a movilizarse solos, a conocer las clases de sillas de ruedas existentes y su manejo correcto, entre otras actividades.

Estos cursos ayudan a las personas con discapacidad a sortear barreras físicas y arquitectónicas a través de técnicas de manejo adecuado de sus sillas de ruedas, así como a desarrollar habilidades y competencias para los ámbitos personal, social y laboral.