La adhesión de Colombia a la Franja y la Ruta de la Seda de China se concretó este miércoles, luego de un encuentro entre el presidente colombiano, Gustavo Petro, y su homólogo chino, Xi Jinping.
El acuerdo, según informó el Gobierno Nacional, permitirá el acceso de productos colombianos como el café y el aguacate al mercado chino, y le dará paso a ambos países para impulsar proyectos de infraestructura, como corredores férreos y generación de energías renovables.
En un encuentro posterior con los medios de comunicación, el presidente Petro aseguró que este acuerdo le permitirá a Colombia reducir el déficit en la balanza comercial con China.
“Si lo lográsemos, que implica más exportaciones a China, una cuantía importante, un flujo de capital productivo de China a Colombia, sería un país muy próspero porque su déficit comercial se volvería cero y su capacidad de pagar la deuda aumentaría por dos”, manifestó el mandatario.
El jefe de Estado explicó que el énfasis del acuerdo estará en el litoral Pacífico, ya que se buscará desarrollar una flota pesquera y exportar productos como atún, camarón y madera, entre otros.
“Eso podría ayudarnos a transformar completamente el litoral pacífico, olvidado por siglos en Colombia, potenciar sus puertos. Ya hay una ruta comercial. Nosotros no estamos haciendo acuerdos militares, nuestras relaciones se fundan en la paz. Hay una primera ruta comercial, entre Shanghái y el Puerto de Buenaventura, ojalá eso se llene de barcos”, dijo Petro.
La Cancillería explicó que, al no tratarse de un acuerdo de comercio internacional, no requiere aprobación del Congreso, y no es vinculante. Es un acuerdo de intención, y cada proyecto que surja deberá ser evaluado individualmente por las partes.
Sin embargo, gremios económicos han manifestado su preocupación. En particular, el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, y la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham), María Claudia Lacouture, han criticado la falta de información sobre el contenido del acuerdo.
“El comercio mundial no es un juego de suma cero. No se trata de sustituir un mercado por otro, ni de generar tensiones innecesarias con nuestros principales aliados. Estados Unidos sigue siendo nuestro socio estratégico fundamental. Colombia no puede «patear la lonchera». Las decisiones comerciales y diplomáticas deben tomarse con visión de largo plazo, defendiendo el bienestar económico, alimentario y social de todos los colombianos”, señaló Cabal.
Foto y noticia: Colprensa