La ofensiva militar de Israel en Gaza ha cruzado un umbral que ni siquiera sus aliados más cercanos están dispuestos a tolerar.
Tras más de 50.000 muertos —en su mayoría mujeres y niños—, la destrucción casi total de la Franja y un bloqueo que mantiene a 14.000 bebés al borde de la muerte, según la ONU, el Reino Unido, Francia y Canadá han lanzado su advertencia más dura hasta ahora: podrían tomar represalias si la ofensiva no cesa.
En los últimos días, el ejército israelí intensificó sus ataques, dejando cientos de muertos más. Mientras tanto, la ayuda humanitaria sigue siendo prácticamente inexistente. Solo cinco camiones lograron cruzar hacia Gaza el martes por la tarde, pero Israel no ha autorizado su distribución, denunció Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Aunque las autoridades israelíes aprobaron la entrada de unos 100 camiones adicionales, estos aún esperan permiso para cruzar, agravando la ya desesperada situación en el enclave palestino.