Al conmemorar los 34 años de la proclamación de la Constitución de 1991, el presidente de la Corte Constitucional, Jorge Enrique Ibáñez Najar, señaló que esta Carta sigue siendo el pacto nacional que orienta la democracia colombiana y que “requiere de la fuerza, valentía y confianza de todos los colombianos para su defensa, su conservación y su respeto”. Añadió que la Constitución “está viva, más viva que nunca”.
En su intervención, el magistrado Ibáñez destacó que la Constitución de 1991 no fue producto de una imposición, sino de un camino normativo amplio y participativo que permitió superar una etapa crítica de violencia y crisis institucional. Recordó que “el proceso constituyente no fue resultado de un hecho político aislado ni, mucho menos, de la imposición arbitraria por parte de un sector particular de la sociedad que buscaba establecer un orden constitucional aislado del consenso nacional”.
Reiteró que se trató de una “conjunción admirable” de factores sociales e institucionales que permitió diseñar un nuevo pacto democrático y plural. “La Constitución Política de 1991 jamás fue una carta de batalla. Al contrario, fue un consenso nacional, un tratado de democracia y paz que hoy, más que nunca, debemos recordar, conmemorar y defender”.
El presidente de la Corte hizo un repaso por los antecedentes que dieron paso al proceso constituyente, desde las frustradas reformas de las décadas anteriores hasta la irrupción del movimiento estudiantil con la iniciativa de la Séptima Papeleta en 1990.
Valoró especialmente el respaldo institucional que se dio en su momento al sueño de una nueva Carta Política. “Los estudiantes, comprometidos con las normas, las reglas y la institucionalidad de la Constitución vigente […] solicitaron a la Corte Suprema de Justicia que se pronunciara sobre el sueño que había tenido Colombia desde hace décadas”, dijo Ibáñez, al evocar el respaldo de ese alto tribunal al Decreto 927 de 1990, que permitió la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente.
Ibáñez explicó que la Constitución no solo debe respetarse, sino también aplicarse y defenderse activamente por todos los ciudadanos. Recordó que los mecanismos como la tutela, las acciones populares o la acción pública de inconstitucionalidad son expresiones de esa defensa legítima del orden constitucional.
“La Constitución está más viva que nunca, con la fuerza protectora de todos los jueces de la República y de todos los colombianos”, afirmó, al subrayar que cada vez que se interpone una acción judicial para proteger un derecho, “no se está contrariando el orden constitucional, sino protegiendo su vigencia, su permanencia y su legitimidad”.
Colprensa