En vísperas de las negociaciones para definir el salario mínimo en Colombia para 2026, el ministro del Interior, Armando Benedetti, dio a conocer la posición del Gobierno nacional frente al ajuste que beneficiará a cerca de tres millones de trabajadores. El funcionario aseguró que los asalariados han experimentado una recuperación sostenida del poder adquisitivo, resultado de incrementos que, en los últimos años, han superado la inflación y se han complementado con los efectos de la reforma laboral impulsada por el Ejecutivo.

Benedetti destacó que, bajo el actual panorama económico, es necesario revisar cuidadosamente los indicadores financieros antes de definir la nueva cifra. Según explicó, el propósito del Gobierno es mantener el equilibrio entre el crecimiento salarial y la sostenibilidad empresarial, garantizando al mismo tiempo que los trabajadores no pierdan poder de compra frente al costo de vida.

Un incremento de dos dígitos está sobre la mesa

De acuerdo con las proyecciones del Ministerio de Hacienda, la inflación podría cerrar el año en torno al 5,4 %, pero el Gobierno de Gustavo Petro considera que el aumento debe situarse por encima de ese valor, incluso en el rango de los dos dígitos. Esta postura coincide con la de las centrales obreras, que han insistido en que los ajustes deben mantener una tendencia compensatoria frente a décadas en las que —según afirman— se priorizaron las demandas del sector empresarial.

El ministro Benedetti añadió que, de mantenerse las condiciones actuales, el salario mínimo podría acercarse a los $1.800.000 antes de que termine el año, considerando los pagos adicionales por trabajo en domingos, festivos y horario nocturno. “Cuando Gustavo Petro llegó a la Presidencia, el salario mínimo era inferior al millón de pesos; este año puede cerrar en cerca de $1.800.000”, precisó el funcionario.

Próximos pasos en la mesa de concertación

El Ministerio de Trabajo confirmó que la discusión formal sobre el ajuste salarial se de

sarrollará en las próximas semanas en la Mesa de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, donde se analizarán las proyecciones económicas y las propuestas tanto de trabajadores como de empresarios.

Con este nuevo debate, el Gobierno busca mantener el poder adquisitivo de los trabajadores y fortalecer la clase media, al tiempo que insiste en que la política salarial debe alinearse con los objetivos de crecimiento y equidad definidos en el Plan Nacional de Desarrollo.

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