Las cifras que ha dejado Shakira con sus tres recientes conciertos en Colombia no dejan de sorprender, activando la economía en diversos sectores, en especial en los campos del turismo y el alojamiento.
La búsqueda de estancias por viajeros nacionales en la plataforma Airbnb incrementaron más del 40% en Cali y más del 20% en Bogotá en las fechas de los conciertos.
Sus conciertos del 25 y 26 de octubre en el estadio Pascual Guerrero de la ciudad de Cali, y del 1 de noviembre en el nuevo escenario de Bogotá, Vive Claro, no solo agotaron boletería, también movieron a miles de personas a viajar, reservar y ser parte de un momento histórico.
Según datos de la plataforma Airbnb, las búsquedas de espacios hechas por huéspedes nacionales incrementaron para esas fechas. En Cali, más del 40% y en Bogotá más del 20%, frente al año anterior. Una posible ilustración de que cada vez que Shakira canta en su tierra, el país se pone en movimiento.
Los números también pueden contar la historia de su público. En Cali, los viajeros nacionales que más buscaron espacios fueron desde Bogotá, Medellín y Pasto, mientras en Bogotá, el interés vino sobre todo de Medellín, Barranquilla y Cali.
Los viajeros internacionales no se quedaron atrás y también mostraron un gran entusiasmo: tanto
Bogotá como Cali registraron un aumento superior al 10% en las búsquedas de espacios hechas por foráneos.
Las ciudades de los viajeros con mayor interés en visitar Colombia para las fechas de los conciertos fueron Nueva York y Ciudad de Panamá.
La mayoría de quienes buscaron estadías en la plataforma para esas fechas tenían entre 25 y 40 años, una generación que creció con las eras clásicas de la barranquillera y ahora canta con la misma fuerza sus nuevas canciones. Para muchos, viajar podría ser una forma de volver a casa, de reencontrarse con los recuerdos y el orgullo de tener a un referente internacional con origen colombiano.
Cabe resaltar que, según una encuesta realizada por Airbnb, casi el 80% de los viajeros está dispuesto a asistir a un evento durante su viaje, ya sea como una actividad adicional o como el motivo principal de su desplazamiento. Y sí, los grandes espectáculos, como los de Shakira, son momentos que los viajeros quieren vivir, no solo ver.
El aullido de la loba no solo llenó recintos: encendió aeropuertos, movió mapas y dejó claro que su eco todavía recorre el mundo, empezando por casa.
(Colprensa)



