El hurto de un desfibrilador en la sede Rosalpi de la E.S.E. BelloSalud, en Bello (Antioquia), volvió a poner en evidencia la fragilidad de la infraestructura hospitalaria frente a las bandas dedicadas al robo de equipos biomédicos. El hecho ha sido descrito como un golpe que profundiza aún más la crisis del sector salud, ya afectado por problemas financieros y operativos.

Un equipo vital sustraído en minutos

De acuerdo con el gerente de BelloSalud, César Arango Serna, el dispositivo robado —indispensable para atender paros cardiorrespiratorios— estaba ubicado en el carro de paros del servicio de hospitalización, un módulo que se desplaza por las distintas áreas para responder a emergencias.

El robo ocurrió el lunes hacia las 4:37 p.m., momento en el que había disminuido la presencia del personal asistencial. Las cámaras de seguridad registraron a dos sujetos que, según la revisión de los videos, habían visitado el centro días antes para observar los movimientos y la distribución interna.

En el instante en que el área quedó sin funcionarios, los individuos entraron directamente al punto donde se encontraba el equipo, lo desconectaron sin generar alarmas y lo guardaron en un morral, lo que evidencia una operación rápida y planificada.

Arango señaló que la pérdida no solo es económica: la sede Rosalpi es la única de BelloSalud que presta servicios de urgencias y hospitalización, los cuales, por normatividad, no pueden suspenderse. La falta del desfibrilador aumenta los riesgos para los pacientes y agrava la capacidad de respuesta en situaciones críticas.

Posible banda especializada y patrón repetido

La gerencia del hospital sospecha que los responsables harían parte de una red dedicada al hurto de equipos de alto valor. Uno de los hombres captados por las cámaras tendría rasgos similares a un implicado en otro robo ocurrido en el hospital de La Estrella, donde también desaparecieron dispositivos biomédicos costosos.

El modus operandi refuerza esta hipótesis: los delincuentes se dirigieron sin dudar hasta el lugar exacto del carro de paros, sabían qué equipo retirar y cómo manipularlo para evitar sospechas. Esta precisión sugiere conocimiento interno o información previa sobre el funcionamiento de la sede.

Un problema que se extiende en el país

Este caso se suma a una serie de robos recientes en hospitales públicos, muchos de ellos ya debilitados por la crisis del sistema de salud. Las instituciones afectadas coinciden en un patrón: objetos de alto valor, áreas vulnerables y delincuentes que conocen la operación interna.

Las autoridades ya analizan las grabaciones y recopilan información para identificar a los responsables y establecer si existe una organización criminal detrás de estos hurtos. Por ahora, BelloSalud intenta operar con recursos limitados mientras busca mecanismos para reemplazar el equipo perdido.