La decisión fue respaldada por cuatro codirectores del organismo, mientras que el Gobierno y otro codirector pedían una reducción de 50 puntos básicos en la tarifa y uno más pedía una reducción de 25 puntos básicos.
El aumento en el déficit fiscal, por encima de lo previsto, fue uno de los factores que se tuvo en cuenta para no reducir la tasa como lo proponía el Gobierno.
Según la junta, «el aumento en el déficit fiscal previsto para 2025 y los años venideros constituye un reto para la sostenibilidad de las finanzas públicas y reduce el margen de maniobra para el relajamiento de la política monetaria».
La junta reconoció, sin embargo, que la inflación ha continuado descendiendo, aunque de manera leve, al pasar de 5,2% a 5,1%, mientras que la inflación sin alimentos ni regulados se redujo de 4,9% a 4,8%.
La economía, por su parte, ha mostrado un ritmo de crecimiento importante, con un 2,7% en el primer trimestre, que superó el pronóstico del equipo técnico del Banco, que era de 2,5%, ritmo que se espera que se mantenga en el segundo trimestre del año.
El pronóstico del equipo técnico del Banco es que el crecimiento del país para 2025 será de 2,7%.
«La decisión adoptada por la Junta Directiva mantiene una postura cautelosa de la política monetaria que reconoce los nuevos riesgos identificados sobre la convergencia de la inflación a la meta, al tiempo que continúa apoyando la recuperación de la actividad económica. Nuevas decisiones dependerán de la información disponible», manifestó la Junta.