El 7 de marzo de 2020, Mon Laferte daría un concierto en la mítica plaza del Zócalo en el corazón de Ciudad de México en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, y para ello, convocó a Vivir Quintana para que compusiera una canción que denunciara los feminicidios. Así nació ‘Canción sin miedo’.
Vivir, quien nació y creció en el norte de México, tierra de los famosos corridos y altos índices de violencia contra la mujer en todas sus formas, tenía pocos días para la composición, y recordó un hecho doloroso en su época universitaria cuando una compañera fue asesinada.
Casi de inmediato la canción se viralizó, y hoy en día, es uno de los más importante himnos contra el femicidio en español, colocando a Vivir Quintana en el panorama de la música iberoamericana, con una propuesta tan sólida como contundente que está sorprendiendo al mundo.
Toma la música de los corridos mexicanos, usualmente con temáticas machistas y en contra de la mujer, para utilizarla como vehículo para narrar historias reales de mujeres que han sido víctimas.
De hecho, lleva diez años trabajando en su más ambicioso segundo álbum, recopilando historias reales de mujeres que están en la cárcel por defenderse de todo tipo de violencia machista.
‘Cosas que sorprenden a la audiencia’ contiene diez canciones narradas en primera persona: diez historias de mujeres que fueron privadas de su libertad física por defenderse de sus agresores.
TODA UNA DÉCADA
-Un segundo álbum fuerte, doloroso y que golpea…
Es un álbum fuerte en el sentido del tema que trata, pero es necesario. Es un álbum que empecé hace diez años y nació por la necesidad de que en México existe un término que es super injusto para las mujeres que se defienden que es ‘el exceso de legítima defensa’. son diez canciones con diez casos reales de mujeres que se defendieron de una agresión sexual, defendieron a sus hijos, incluso que se defendieron de un secuestro y lamentablemente ellas privan de la vida a su agresor, y parece que el Estado les dice: “lo hubieras lastimado un poquito nada más”, pero al asesinarlo terminan en la cárcel.
Nació del hecho de una amiga que fue víctima de feminicidio, y siempre se me pasó por la cabeza qué hubiera pasado si ella se defiende y lo hubiera matado. Seguramente ella estaría en la cárcel. Por eso, decidí contar estos casos a través de la música.
-¿Cómo fue el proceso de investigación para este disco?
Han sido diez años de investigación, entrando a las cárceles para encontrar estas historias, cómo vivían este proceso. Algunas otras ya están fuera de la cárcel, y ha sido un camino largo. No es un proceso común y menos en la industria musical actual que te exige casi un disco por año, pero este no era el caso, este es un disco que se tiene que hacer con mucho respeto y mucha dignidad.
-¿Cómo lograr, dentro de una industria musical actual tan veloz, lograr ganarse un espacio para hacer un disco durante diez años?
La verdad no lo sé. Llegué a la disquera con la idea y sentía que era necesario. Me dijeron que ellos querían amplificar el mensaje, lo cual me sorprendió porque no es un disco para vender, ni de hits, pero es un disco que nos puede permitir entender que la justicia es necesaria en un país donde se matan once mujeres diarias. Dentro de la industria musical es necesario que existan estos mensajes.
Además, en México está viva la polémica de los llamados narcocorridos, en el debate si se censuran o no, pero es necesario ver que existen otras narrativas dentro de estos géneros.
-Las historias son de México, pero son hechos que pueden pasar en cualquier parte del mundo…
He pasado por Argentina y Chile donde entré a algunas prisiones y encontré casos similares. Fuí y les canté estos corridos y de inmediato empezaron a contarme historias de casos similares.
Siento que es necesario que la gente lo sepa, pero en especial, acompañar. Existe una particularidad, las mujeres que están en prisión, casi 80%, no son visitadas, a diferencia de los hombres, el 80% de ellos reciben visitas, y quienes realizan dichas visitas son las mujeres.
Todo esto se da porque seguimos pensando en que las mujeres nacimos para vernos bonitas, calladas, anegadas, el ejemplo, somos madres, las cuidadoras, por lo que parece que debemos ser más castigadas, relegadas y abandonadas.
-En las canciones, tras el horror, las protagonistas viven una paz pese a estar en prisión…
Lo común entre muchas de ellas, es que están en la cárcel, pero ya el victimario no puede dañarlas más, lo que les genera un descanso, una paz. Dentro de cada canción, pese al horror , hay una esperanza, como una puerta para seguir adelante, pero es un llamado para demostrarle que no sólo es la mujer que se defendió, eres mucho más y que traten de entenderlo.
-Son corridos, un género tradicional mexicano que también suele ser muy machista…
Cuando era niña en mi pueblo, en el norte de México, el género que más se escucha son los corridos, y cada 20 de noviembre conmemoramos la Revolución Mexicana, donde se habla de lucha y resistencia, pero estando en el colegio siempre escuchábamos un corrido muy representativo de la región es el corrido de Rosita Alvírez, que es un feminicidio revictimizante, dice que murió cuando en realidad la mataron, y la mataron porque le gustaban los bailes.
Es un corrido de los más famosos de mi pueblo, y cuando lo escucho, me preguntó por qué es tan famoso. De ahí, hice un trabajo de investigación ‘Querida Rosita Alvírez maté a Hipólito’, a su agresor, y me di cuenta que en los corridos las mujeres también podemos ser protagonistas de historias de por qué hicimos lo que hicimos.
Vivimos en un mundo que nos enseña mucho a consolar, pero no a prevenir, porque a nadie debió haberle pasado lo que le pasó en estas historias que narramos. La violencia contra la mujer se ha naturalizado de tal forma, que nos sorprende que una mujer se defienda y por eso la condenamos.
Foto y noticia: Colprensa