La superintendente Cielo Rusinque arremetió contra el portal La Silla Vacía, al que señaló de haber abandonado su rol crítico y riguroso para convertirse, presuntamente, en un aparato de desinformación. Según Rusinque, en una reciente publicación sobre “las movidas de poder en Colombia”, el medio habría incluido a la Superintendencia que ella dirige con interpretaciones erradas, datos descontextualizados y un posible conflicto de interés.
De acuerdo con Rusinque, la nota de La Silla Vacía reconoció al final que uno de sus financiadores es Canal 1, entidad que al parecer está involucrada en procesos que adelanta la Superintendencia. Para ella, esto constituye un hecho “como mínimo deshonesto y desleal”, ya que primero se siembra duda sobre la transparencia de la institución y luego se admite un vínculo económico con una de las partes interesadas.
La superintendente advirtió que el artículo —bajo la metáfora “Cielo es el límite”— falsea la realidad y desconoce principios del Estado Social de Derecho. En su opinión, la publicación habría buscado presionar decisiones de la entidad y, de paso, lanzar una amenaza en su contra, presentándola como un “obstáculo” que debe ser removido para favorecer intereses privados.
Rusnque reiteró que todas las investigaciones y decisiones de la Superintendencia se adoptan bajo el marco constitucional y legal, con igualdad de condiciones para empresas como Tigo, Movistar, Nutresa, Canal 1 y el Grupo Prisa. Además, subrayó que el objetivo es garantizar la libre competencia y proteger el pluralismo informativo, no vulnerar la libertad de expresión.
“Lo que realmente atenta contra la libertad de expresión es usar los medios como instrumento para defender intereses económicos particulares, difundiendo información parcializada y engañosa”, aseguró.
Finalmente, Rusinque recalcó que su formación como constitucionalista y su experiencia en gerencia administrativa la habilitan para liderar la entidad. En contraste, acusó a La Silla Vacía de desconocer su trayectoria con el fin de desprestigiar su gestión.
Según sus palabras, “la verdad, los hechos y el derecho son el único límite. Y este límite permite que el poder, cualquiera que sea su naturaleza, no destruya la democracia”.
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