En un encuentro para abordar el creciente desafío de la trata de personas, Colombia y España formalizaron un acuerdo histórico para fortalecer las medidas contra este delito en cinco departamentos clave del país. La Embajada Española anunció una significativa donación de dos millones de euros destinados a beneficiar a las comunidades vulnerables en Nariño, Chocó, Antioquia, La Guajira y Norte de Santander.

El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, encabezó la firma del convenio de cooperación internacional, destacando la necesidad de abordar de manera integral el problema de la trata de personas. «Tenemos que hacer un gran esfuerzo para visibilizar una realidad dolorosa. Estas son unas mafias que mueven millones de euros y dólares, y por ello, valoramos profundamente que el Reino de España nos ayude y se firme este convenio», expresó el ministro.

 

El acuerdo no solo implica una generosa contribución financiera, sino también el compromiso conjunto de ambos países para reconocer y abordar activamente la existencia de este delito. Velasco señaló la detección de más de 300 casos en los últimos meses, incluyendo situaciones alarmantes como niños robados para mendicidad y personas con discapacidad víctimas de este crimen.

Asimismo, el proyecto conjunto buscará implementar estrategias integrales, incluyendo la creación de planes locales para combatir eficazmente la trata de personas. Estas estrategias abordarán la prevención del delito, el fortalecimiento de las capacidades de identificación, referencia, investigación y enjuiciamiento, así como la protección y asistencia a las víctimas. Además, se desarrollarán protocolos para facilitar la reinserción laboral de las personas afectadas.

Lea también: La polémica liberación de Alberto Fujimori en Perú

Por su parte, Joaquín de Arístegui, embajador de España en Colombia, expresó su confianza en que los resultados en los cinco departamentos beneficiados puedan ofrecer buenas prácticas y experiencias valiosas para otros países del mundo.

La trata de personas, catalogada como el tercer delito más lucrativo del mundo, ha experimentado una alarmante disminución en las tasas de detección y condenas a nivel global. Según cifras de Naciones Unidas, en 2020 las tasas de detección cayeron un 11%, mientras que las condenas se desplomaron en un 27%, evidenciando una ralentización mundial en la respuesta de la justicia penal a este flagelo.