El debate alrededor de la figura del neurocirujano Fernando Hakim volvió a tomar fuerza tras un análisis publicado en X (antes Twitter) por el abogado Simón Lawyer, especialista en derecho y política. Según su reflexión, el reconocido médico habría sido convertido en un “símbolo de esperanza” durante la hospitalización de Miguel Uribe Turbay, más allá de lo que la ciencia médica podía ofrecer en un escenario clínico tan adverso.

Lawyer recordó que, desde el primer momento, varios medios de comunicación y actores políticos presentaron a Hakim como el cirujano estrella que podría salvar la vida de Uribe Turbay, pese a que las heridas penetrantes con daño cerebral extenso y sangrado persistente dejan un margen de supervivencia mínimo.

En su hilo, el jurista sostuvo que los mensajes y publicaciones del propio neurocirujano, replicados por medios y redes sociales, alimentaron una narrativa que terminó inflando la percepción de su rol. La cobertura mediática lo proyectó como un héroe nacional e incluso como un símbolo espiritual, generando miles de mensajes de fe y apoyo.

“Sin duda el Dr. Hakim es un neurocirujano altamente competente, pero la ciencia tiene límites que ni el mejor especialista puede sobrepasar. El manejo quirúrgico probablemente fue impecable, pero ¿por qué se creó la expectativa de que Uribe podía salvarse, ignorando la evidencia médica?”, cuestionó Lawyer.

De lo médico a lo político

El análisis va más allá del terreno clínico. Lawyer advirtió que la figura de Hakim también funcionó como un canal político y comunicacional, que mantuvo viva la esperanza pública y, a la vez, blindó simbólicamente la imagen de Miguel Uribe.

Según su reflexión, esta estrategia fue efectiva durante la hospitalización y el duelo: cualquier crítica era tachada de insensible o irrespetuosa, lo que reforzó la narrativa de que la derecha estaba bajo ataque violento. Esto, a su juicio, elevó el capital moral y simbólico de Uribe Turbay.

Ahora, tras el fallecimiento del exprecandidato y sus exequias, la estrategia entra en otra fase: mantener viva la memoria del héroe-víctima y proyectar sus ideas en el escenario político.

Lawyer incluso dejó abierta la posibilidad de que Hakim siga vigente como figura pública más allá de la medicina: “No sería extraño que lo veamos en el escenario político movilizando emociones y adhesiones. Y si la derecha gana, tampoco sorprendería verlo en la baraja de cargos en el sector salud”.