Tal como lo anunciamos en primicia lo que parecía un simple trámite administrativo terminó convirtiéndose en una jugada política de fondo. Un grupo mayoritario del Directorio Nacional Conservador envió una carta a la presidenta del partido, Nadia Blel Scaff, solicitando ampliar el plazo de inscripción para las precandidaturas presidenciales, y con ello alteró por completo el panorama interno del conservatismo.

El documento, firmado por más de una decena de miembros del Directorio, cuestiona el corto tiempo fijado para registrar aspiraciones y advierte que la medida “limita la participación efectiva de los militantes” que desean competir en igualdad de condiciones. Los firmantes piden que el plazo se extienda hasta el 1° de diciembre de 2025, con el argumento de que así se garantizaría un proceso más abierto, democrático y representativo.

Sin embargo, tras el tono institucional de la misiva se esconde un mensaje político contundente: la maniobra detiene el avance del presidente del Directorio, Efraín Cepeda, y le abre espacio al excontralor Felipe Córdoba Larrarte, quien se perfila ahora como la carta de consenso y el candidato con mayor respaldo dentro de las toldas azules.

Los dirigentes recuerdan en la carta que los Estatutos del Partido Conservador, aprobados mediante la Resolución 04231 de 2025, promueven la democracia interna, la transparencia y la igualdad de oportunidades, principios que según sostienen, no se cumplen cuando se acorta el proceso de inscripción.

El pronunciamiento tiene además una lectura de poder clara: por mayoría, el Directorio Nacional Conservador se alineó con Córdoba, desactivando la posibilidad de que Cepeda mantuviera el control del cronograma interno. La figura del excontralor, reconocida por su énfasis en la ética pública y la equidad territorial, aparece ahora como el rostro renovado de un conservatismo que busca proyectarse con unidad y legitimidad hacia las elecciones de 2026.

La carta lleva las firmas de dirigentes como Liliana Bitar, Diela Benavides, Nicolás Barguil, Andrés Montes, Jorge Quevedo, Patricia Ramírez, Juan Camilo Cárdenas, María Cristina Eljach, Wladimiro Córdoba y Andrés Felipe Jiménez, entre otros, consolidando un bloque mayoritario que inclina la balanza a favor de Felipe Córdoba.

La decisión, que muchos dentro del partido interpretan como un golpe de timón en la estrategia electoral, confirma que la verdadera pulseada azul ya se resolvió dentro del propio Directorio Nacional.