A pocas horas de que el Senado elija al nuevo magistrado de la Corte Constitucional, la votación se anticipa como una de las más reñidas y decisivas de los últimos tiempos; una verdadera batalla política que trasciende lo jurídico para reconfigurar el equilibrio de poder en uno de los máximos tribunales del país, en un crucial año electoral.
La contienda, que se decidirá mediante voto secreto entre 105 senadores, tiene como protagonistas principales a la jurista María Patricia Balanta, quien cuenta con el respaldo explícito del Gobierno, y al exdefensor del Pueblo Carlos Camargo, quien aglutina a la oposición y a sectores independientes, dejando al abogado Jaime Tobar como una figura más técnica, pero con menores posibilidades en medio de la polarización.
El presidente, Gustavo Petro, ha dimensionado la trascendencia de la elección al afirmar que esta «definirá todo el cuadro de alianzas en el Congreso», instando a no ceder «a quienes han apoyado el fascismo»; mientras que el ministro del Interior, Armando Benedetti, sentenció que en la votación se juega si «se acabe o se fortalezca la coalición en el Congreso», evidenciando la alta carga política que rodea la decisión.
Las cuentas de una elección casi empatada
Las fuerzas en el Senado se encuentran en un empate técnico. Un conteo previo a la votación mostraba una leve ventaja para Carlos Camargo con 53 votos frente a 52 para María Patricia Balanta. Sin embargo, la naturaleza secreta del sufragio y las intensas negociaciones de última hora hacen que el resultado sea impredecible.
El Gobierno parte con una base de 33 votos, sumando los 20 del Pacto Histórico, cinco de Comunes, siete de la Alianza Verde y uno de las curules indígenas. La campaña por Balanta, en la que se ha involucrado el exsecretario del Senado y hoy Procurador, Gregorio Eljach, busca sumar apoyos cruciales entre los partidos independientes.
Por el lado de Camargo, su aspiración consolidó el respaldo de 12 de los 15 senadores conservadores, el apoyo en bloque del Centro Democrático (13 votos) y una mayoría en Cambio Radical (8 de 11 votos). El senador Nicolás Echeverry, quien lidera la campaña por el exdefensor en la bancada conservadora, señaló que Camargo «representa una garantía de respeto por las normas y de imparcialidad ideológica».
Los partidos Liberal y de la U se presentan como los grandes electores, con sus bancadas divididas. En los liberales, siete senadores se inclinarían por Camargo y seis por Balanta. En La U, la situación es aún más apretada, con seis votos proyectados para el exdefensor y cuatro para la jurista, aunque la senadora Norma Hurtado solicitó una reunión de bancada para unificar una postura ante los «comentarios» y presiones.
Los perfiles en la balanza
La elección se debate entre tres perfiles marcadamente distintos, cada uno con sus fortalezas y controversias.
María Patricia Balanta: La carta del Gobierno. Oriunda de Tuluá, esta jurista afrodescendiente podría hacer historia como la primera mujer negra en llegar a la Corte Constitucional. Con 45 años de carrera en la Rama Judicial, desde escribiente hasta magistrada del Tribunal Superior de Buga, Balanta presenta un perfil técnico y académico sólido. Doctora en Filosofía Jurídica, cuenta con dos maestrías y múltiples especializaciones. Su candidatura, la más votada en la Corte Suprema para conformar la terna, es vista como una prioridad para el Ejecutivo en su objetivo de asegurar una afinidad ideológica en el tribunal.
Carlos Camargo: El favorito cuestionado. La que parecía una candidatura segura para el exdefensor del Pueblo se ha visto empañada por serios señalamientos. Una investigación periodística reveló que durante su gestión (2020-2024) se nombraron familiares de siete de los 22 magistrados de la Corte Suprema que votaron para incluirlo en la terna, lo que ha generado un debate sobre un posible conflicto de interés. Adicionalmente, el sindicato de la Defensoría (SINDHEP) denunció el posible uso de un laboratorio forense de alta tecnología para vigilar a funcionarios. Camargo, quien ha mantenido una relación crítica con el gobierno Petro, ha negado cualquier irregularidad.
Jaime Tobar: El convidado de piedra. Con más de 35 años de experiencia, este abogado de la Universidad del Rosario es reconocido como un prestigioso académico y árbitro. Su carrera se ha desarrollado principalmente en el sector privado y ha sido conjuez tanto de la Corte Constitucional como del Consejo de Estado. Considerado un jurista liberal clásico y alejado de la polarización, se le asocia con el respaldo de Cambio Radical, aunque su falta de afinidad con el Gobierno lo posiciona como la opción con menores probabilidades.
Una Corte en juego
La elección es de vital importancia, ya que el nuevo magistrado podría inclinar la balanza en decisiones sobre proyectos clave del Gobierno, como la reforma pensional y el decreto que convoca a una consulta popular.
La actual defensora del Pueblo, Iris Marín, ha hecho un llamado a no politizar la elección y a considerar la paridad de género, proponiendo incluso devolver la terna para que esté conformada exclusivamente por mujeres.
El exvicepresidente Germán Vargas Lleras ha advertido que una elección de Balanta «le asegurará a Petro una holgada mayoría en la Corte» y le garantizaría «el control por los próximos 5 a 6 años». En tanto que el senador Carlos Fernando Motoa, de Cambio Radical, anunció el apoyo de su partido a Camargo para «garantizar la independencia de la Corte Constitucional» y evitar que sea integrada por magistrados con «afinidad ideológica» con el Presidente.
En medio de este tire y afloje, y con el voto secreto como el factor decisivo, los pasillos del Congreso son escenario de una intensa filigrana política donde cada voto se negocia hasta el último minuto para inclinar la balanza de la justicia.
Foto y noticia: Colprensa