El pasado mes de mayo salió a la venta en México ‘El hombre’, la nueva novela del escritor Guillermo Arriaga, y para sorpresa del autor se encontró narrando una historia que no conocían los propios mexicanos, pese a que era parte clave de su historia como país en los últimos 200 años.

Reconocido por ser el guionista de películas como ‘Amores Perros’, ‘21 gramos’ y ‘Babel’, también ha impactado como novelista con libros como ‘El salvaje’, ‘Salvar el fuego’ y ‘Extrañas’. Ahora, hace lo propio con ‘El Hombre’, una novela de largo aliento en la que recorre más de 200 años de historia, en la que el capitalismo en su desarrollo es visto desde México.

No es una visión menor, si se tiene en cuenta que para su desarrollo, Estados Unidos se quedó con más del 57% del territorio mexicano en el siglo XX. De la noche a la mañana muchos mexicanos se transformaron en estadounidenses, con otra bandera e idioma.

Junto a ello, la aniquilación de la población de origen y la esclavitud, permite al lector tener una idea más clara de cómo Estados Unidos se convirtió en una potencia mundial, de la mano de personajes como Henry Lloyd, que como todo monstruo, es difícil de entender.

El viaje que Guillermo Arriaga le propone al lector en ‘El Hombre’, es largo y profundo, y aunque no es histórica, cuenta con un contexto histórico que permite entender mejor las dinámicas de pioneros capitalistas, entre la violencia y la crueldad y las nuevas dinámicas que darían paso a leyes y formas laborales contemporáneas.

UNA PROFUNDA HISTORIA QUE CONTAR

¿Cómo ha sido la retroalimentación con sus lectores en México, primer país donde se publicó esta novela?

Es algo que no conocían los mexicanos. Algo de lo cual se ha hablado muy poco en México, entonces, llegan tan casi tan limpios como los lectores colombianos. No ha habido, hasta donde yo sé, una novela que abarque la pérdida del territorio mexicano, solo me he encontrado una novela que habla de la relación con los apaches. No ha habido una sola novela que hable del capitalismo desde México.

Todos sabemos lo doloroso que fue la pérdida del territorio a manos de Estados Unidos, pero nunca se había visto como arras de suelo, que es lo que hacen las novelas, que ponen estos temas al nivel de lo que está sintiendo y pensando la gente.

No éramos conscientes de la magnitud del territorio que México perdió…

Fue una bestialidad. En otros países creen que perdimos Texas, pero perdimos mucho más, el equivalente a Argentina. O sea, 2.700.000 km², el 57% del territorio mexicano. Hasta la mitad de  Wyoming se llevaron, para que se puedan imaginar hasta dónde llegaba México.

¿Hasta el momento la literatura no había abordado este tema?

Lo abordó Carmen Boullosa, que yo no conocía y que se llama ‘Tejas’, pero se concentra en la guerra de Tejas, pero era una novela histórica, esto es una recreación de lo que debieron de haber sentido la gente cuando de repente un día son México y al otro son Estados Unidos.

Fue un choque muy duro para la gente, y aprovechó el marco histórico para hablar de lo que pudo haber sucedido.

También con esas relaciones entre el mundo apache y los mexicanos del que tampoco conocíamos mucho…

Yo donde voy de cacería se llama Coahuila, uno de los estados fronterizos con Texas, que eran enclaves apaches. Hay que entender que los apaches son muchos, no solamente eran una sola comunidad indígena, con variaciones en su lenguaje, y fue una verdadera masacre la que hicimos los mexicanos contra los apaches, que también se plantean en la novela.

Una novela que abarca 200 años de distintos acontecimientos…

Desde el siglo XIX y traté de que la novela llegara hasta nuestros tiempos para mostrar cómo el capitalismo en Estados Unidos se fue desarrollando y cómo hay visiones distintas del capitalismo, que son ahora las que están enfrentadas.

Con un personaje llevado por la ambición como Henry Lloyd…

Fueron los constructores del país. Yo tuve siempre una formación marxista que te hace ver la sociedad como un todo, como prácticamente sistémica, pero rara vez vemos qué hicieron los primeros capitalistas, cómo construyeron el imperio.

Es muy fácil eh decir meter en un sólo molde a todos, pero se presentaron diversas formas en que se construyeron los imperios, y a mí me maravilla que un país en 80 años se convirtiera en la primera potencia del mundo. ¿Qué hicieron para lograrlo?

¿Cómo fue la construcción de Henry, el personaje principal de la novela?

Yo traté de ver lo que ha pasado en Texas, en Nuevo México, que son lugares donde he filmado y que conozco desde niño. He cazado en Texas, he filmado en Texas, he trabajado en Texas, he hecho muchas cosas en Texas, lo que me ha permitido ver muchas cosas.

El encargado del rancho de Tom Lee Jones, donde filmé una película, tenía cinco generaciones de haber nacido en Texas y siempre decía que era mexicano y no hablaba inglés, porque sienten que ellos no cruzaron la frontera, la frontera los cruzó a ellos.

Es por todo eso, que para poder escribir una novela de estas características es indispensable conocer la gente y su territorio.

La novela habla de los tres pecados fundacionales de Estados Unidos: la esclavitud, el genocidio de los nativos americanos y el despojo del territorio mexicano, que son tres problemas que les revierten a estas alturas. Son parte medular de los conflictos que tiene la sociedad.

DIFÍCILES TEMAS

¿Cómo fue el trabajar temas tan difíciles como el periodo de la esclavitud?

También quería ponerme en el papel de los esclavos. ¿Qué se sentiría si de repente te arrebatan de niño de tu hogar y te llevan forzosamente, tras asesinar a tus padres y de separarte de tus hermanas que son niñas también, a un país completamente ajeno al tuyo? ¿Cómo sobrevivir a, no solamente al trato, sino a la idea de concebir ese mundo en el que dejas de pertenecerte a ti mismo para pertenecer a un amo?

Mientras que hay un personaje que quiere aprender inglés porque dice: «Solamente puedo saber las intenciones de mis amos si sé de su idioma”, mientras que otros asumen la posición de: yo no voy a hablar la lengua de mis esclavistas, de ninguna manera.

Por eso, uno de los personajes en lugar de cantar en los surcos, recita palabras en inglés para que los otros las repitan y se las vayan aprendiendo, porque elegían a esclavos que no hablan la lengua del otro y hacen toda una logística para que ninguno hable la lengua del otro. Entonces están condenados a no entenderse.

El siglo XIX es un siglo que se sale del molde, un siglo particularmente cruel en todos los sentidos. En el momento que hay esclavitud, hay crueldad.

Henry Lloyd, un personaje de grandes contrastes…

Me interesa que el lector al final conozca, no que lo justifique, pero que entienda el mundo en el que creció, en la época en la que creció y la circunstancia personal en la que creció, porque también las circunstancias personales determinan mucho de quiénes somos, porque él desde niño tiene una vida azarosa.

Un personaje ambicioso, cruel, pero que termina rodeado de personas que lo quieren o admiran…

Más que quererlo, son personas que le profesan lealtad, porque lo admiran, porque lo respetan, porque tiene una capacidad de crear empatía muy rápido. El tipo sí se aprende los nombres de todos los esclavos, los deja de maltratar, les disminuye las horas de trabajo, les da de comer bien, no frijoles con vísceras.

Él decía que si querían que trabajaran bien, que fueran productivos, tenían que estar fuertes y descansados, si no trabajan a medias.

Por eso, el biógrafo de Henry Lloyd, que se llama Hubert McCaughtry, que sale en el libro, dice que él combina lo mejor de la sociedad feudal, que son las plantaciones, con una visión capitalista.  Entiende cuáles son las virtudes de cada sistema y le saca jugo a cada una.

Desarrolla a tal grado los negocios que el dueño de la plantación dice que es tal la cantidad de dinero que sólo le queda tiempo para gastarlo.

¿Un personaje que instrumentaliza la crueldad?

Instrumentaliza la crueldad pero no es cruel por placer, siempre es para su propósito de crear un imperio.

Es un tipo muy oscuro, que sabe leer perfectamente las circunstancias y esa es su mayor virtud, sabe quién lo va a traicionar, pero también cómo crear empatía muy rápido y de inmediato crea lealtades.

Lealtades tales que su mujer a pesar de que la abandonó y que él se casó con otra, ella lo cuida en su vejez. Así como dos esclavos se convierten en sus lugartenientes y están dispuestos a dar la vida por él. Tiene una enorme habilidad para crear lealtades, pero también una enorme habilidad para traicionar si es necesario.

Cada uno de los personajes con una voz muy propia, muy única…

No me gustan las novelas polifónicas donde todos hablan y piensan igual. Para mí no son polifónicas, son y simplemente son un artificio válido, pero a mí sí me gustan que tengan una vida propia y que tengan un lenguaje propio, donde todos tienen un vocabulario distinto, una puntuación distinta, una sintaxis distinta, un ritmo distinto y un tono distinto.

Que cuando la gente lo lea, al principio no va a entender, pero luego ya solo con ver cómo hablan ya saben exactamente quién es el personaje.

¿Qué tan complicado es el trabajo de escritura dándole una voz particular a cada personaje?

Muy complicado porque yo escribo la novela en el orden está, por lo que era cambiar el aparato mental. Todo el cerebro cambiarlo hacia una forma distinta de hablar. Cuando la estaba escribiendo, hasta mis WhatsApp están construidos dependiendo de la voz que estaba trabajando en ese momento.

Foto y noticia: Colprensa