La diplomacia y la lógica de las relaciones entre los países da para todo. China y Estados Unidos se muestran los dientes, pero al final negocian en esa “II Guerra Fría” comercial en la que se necesitan mutuamente.

Brasil no reconoce los resultados de las elecciones en Venezuela, pero tiene una “relación de Estado”, porque “a los vecinos no se los elige” y, además, digo yo, se les necesita para mantener el Socialismo del Siglo XXI en la región.

En Colombia, Petro también se resiste a declarar expresamente que no reconoce a Maduro, y se escuda en esperar a que sean públicas unas actas que nunca lo serán; y en ese estado de efectiva vacancia presidencial, Petro decide mantener relaciones diplomáticas con base en los lugares comunes de siempre: que somos hermanos, que Bolívar y la Gran Colombia, que el apoyo a la paz y la frontera común…; pero también la comunión ideológica, la admiración al chavismo y, claro, las rutas de la coca hacia Venezuela y el mundo desde el Catatumbo, con la protección del ELN a ambos lados de la frontera.

El Catatumbo y su coca: la verdadera razón detrás de la Zona Binacional, creada con un “Memorando de Intención” cuando ya era un hecho el despliegue militar de Estados Unidos hacia el Caribe; una zona que comprende a La Guajira, Cesar y Norte de Santander de nuestro lado, este último infestado por el narcotráfico y la violencia.

Aun así, hace un mes Maduro declaraba que “La idea es que sea una zona de paz”, pero envía 15.000 efectivos a la frontera y agradece a Petro su decisión de arrimar 25.000 más de este lado, con lo cual, sin reconocer a Maduro, Petro legitima su narco régimen y, más grave aún, pone a Colombia en la mira de la actual política antidrogas de Estados Unidos.

No puede olvidar Petro que Estados Unidos ofrece 50 millones de dólares por Maduro por delitos de narcotráfico, que se alimentan con las 43.000 hectáreas de coca sembradas en la zona binacional. Así las cosas, estamos ante el riesgo de pasar de ser considerados socios en la lucha antidrogas, a cómplices del Cartel de los Soles y su cabecilla.

No puede olvidar Petro que en esta crisis Maduro se está quedando solo. Sus amigos en la región, él mismo incluido, no lo reconocen como presidente y, aunque lo apoyan y rechazan públicamente cualquier tipo de intervención, no se involucrarán más allá de lo necesario.

Sus grandes aliados, China y Rusia principalmente, a quienes les debe hasta la camisa, igual lo apoyan y quizás estén más interesados en recuperar su dinero, …pero hasta ahí. China está ocupada en su guerra comercial con Estados Unidos y sus viejos litigios territoriales. Rusia, ya sin el gran poder de otros tiempos, tiene suficiente con la guerra de Ucrania, en tanto que Irán tiene metidas sus narices en el conflicto Israel – Palestina.

Estados Unidos va en serio y la historia es implacable. A quienes están del lado equivocado…, siempre los castiga.

Foto y columna: Colprensa