Se conoció este viernes la muerte del reconocido periodista Mauricio Gómez Escobar, hijo de Álvaro Gómez, líder conservador, quien luego de padecer una larga y grave enfermedad, perdió su lucha contra un agresivo cáncer a los 73 años de edad.

Gómez se desempeñó como comunicador en medios importantes en el país, siendo una de las figuras en Noticias Caracol. Además, era abogado, columnista, líder de opinión y referente mediático. En su carrera se destaca la dirección del periódico El Siglo y el noticiero 24 Horas, ambos de su familia.

«Mauricio Gómez pasará a la historia como uno de los grandes periodistas de su época. Un caballero, referente de humanidad, valores y principios. Compañero incansable en la lucha por la verdad y la justicia. Dios te tiene en su gloria. Descansa en paz amigo mío», publicó su primo y hoy candidato presidencial, Enrique Gómez Martínez.

El periodista sostuvo siempre su defensa en el esclarecimiento de la muerte de su padre, Álvaro Gómez Hurtado, quien fue asesinado 1995 en un acto que, posteriormente, fue calificado como crimen de lesa humanidad.

En 1988, tras amenazas de muerte, se fue al exilio a Estados Unidos y posteriormente a Europa. Pero luego volvió al país, en 2005, en el que insistentemente alzo su voz en contra del secuestro de las voces de los líderes políticos y de diferentes sectores de la sociedad colombiana, afectada por el flagelo del narcotráfico.

«La Universidad Sergio Arboleda lamenta profundamente la partida de Mauricio Gómez Escobar, reconocido abogado, periodista, cronista e hijo de nuestro querido fundador Álvaro Gómez Hurtado», publicó el alma máter vinculada a su entraña familiar.

Gómez dio a conocer graves denuncias, en las que se dio a conocer el involucramiento de actores gubernamentales y demás, en hechos que impactaron al país como a la comunidad internacional. En especial en el asesinato de su progenitor, cuando acusó directamente al expresidente Ernesto Samper Pizano de ser el autor intelectual del magnidicio.

El veterano periodista falleció en su residencia, ubicada en el norte de Bogotá, luego de luchar contra un cáncer que lo aisló de los medios de comunicación, en donde ha dejado un gran legado como gestor de paz e investigador social.