Este domingo, Medellín se congregó en un acto de profunda solidaridad y esperanza durante la Marcha del Silencio, convocada para pedir por la pronta recuperación del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay.
Desde las 10:00 de la mañana, miles de personas llegaron a la avenida Oriental para elevar oraciones y mostrar su respaldo al dirigente político, quien permanece en la unidad de cuidados intensivos de la Fundación Santa Fe de Bogotá, tras el atentado sufrido en días pasados.
La manifestación, cargada de simbolismo, transcurrió en total calma. Con velas, camisetas blancas y carteles que exigían paz y justicia, los asistentes expresaron su repudio a la violencia que vive el país. «Hoy estamos marchando por la paz, por la salud de Miguel y porque Colombia no merece más odio», expresó uno de los participantes. La atmósfera fue solemne: el silencio compartido se convirtió en un lenguaje poderoso de unidad y resistencia.
Voces como la de Susana Gómez, otra asistente, reflejaron el sentimiento colectivo: “Esto no es solo por Miguel, esto es por todo lo que hemos venido aguantando como sociedad. Este atentado fue la gota que rebosó la copa”. Con este acto simbólico, Medellín envió un mensaje de rechazo al miedo y al terror, pidiendo que el país no vuelva a épocas oscuras como las de los años noventa, ni a tragedias recientes como la ocurrida el 7 de junio en Fontibón.