El secretario de Defensa de Estados Unidos, Peter Hegseth, confirmó que las fuerzas armadas estadounidenses llevaron a cabo un nuevo bombardeo contra cuatro embarcaciones sospechosas de traficar drogas hacia territorio norteamericano.
El operativo, ejecutado este lunes en aguas del océano Pacífico, dejó un saldo de 14 personas muertas y un sobreviviente.
Según la información entregada por el Pentágono, los ataques se realizaron en el marco de la campaña antidrogas ordenada por el presidente Donald Trump, que busca reforzar el control marítimo sobre las rutas del narcotráfico en el Caribe y el Pacífico oriental, muy cerca de las costas colombianas y Venezolanas.
En medio de este nuevo ataque, las autoridades mexicanas asumieron la coordinación de las labores de búsqueda y rescate del único sobreviviente, cuya identidad y paradero siguen siendo desconocidos.
De acuerdo con medios locales y fuentes de inteligencia naval, este bombardeo se considera uno de los más mortíferos desde el inicio de la nueva ofensiva marítima ordenada por la Casa Blanca. Hasta la fecha, las operaciones han dejado más de 50 muertos en el mar Caribe y el Pacífico, en lo que Washington ha descrito como una “guerra directa contra los carteles transnacionales”.
En medio de esta situación, cabe resaltar que en las últimas semanas, Estados Unidos ha incrementado su presencia militar en la región con el despliegue del portaviones USS Gerald R. Ford, destructores, aviones F-35 y un submarino nuclear. Estas maniobras han elevado la tensión diplomática, especialmente tras las advertencias de la administración Trump sobre futuros ataques por tierra en Venezuela y Colombia para desmantelar redes del narcotráfico.
Los recientes bombardeos ocurren en un contexto de creciente tensión entre Estados Unidos, Venezuela y Colombia, luego de que el gobierno venezolano denunciara una supuesta operación encubierta de la CIA para provocar un conflicto regional.
La comunidad internacional ha expresado preocupación por la falta de coordinación multilateral en los operativos marítimos estadounidenses y los riesgos de una crisis humanitaria en aguas internacionales.



