Turismo en Medellín bajo la lupa: Muertes de 17 extranjeros revelan una cara oculta del consumo y la exclusión.

Este año, 17 extranjeros han perdido la vida en Medellín en circunstancias que han requerido la intervención de policía judicial. Aunque dos de los casos fueron homicidios confirmados, la mayoría de las muertes aún están siendo investigadas, y varias apuntan a sobredosis por consumo de sustancias. Más allá de las cifras, estos casos reflejan una problemática que va más allá del narcotráfico: la vulnerabilidad de los visitantes frente a un entorno donde convergen turismo, excesos y criminalidad.

La mayoría de las víctimas —11 de ellas estadounidenses— fallecieron en hoteles y apartamentos turísticos ubicados en zonas con alta afluencia extranjera, muchas veces asociadas a fiestas, drogas y comercio sexual. Sectores donde, pese a los controles policiales, prospera el microtráfico y la oferta clandestina.

“En algunos casos se ha podido establecer que las muertes fueron por exceso en el consumo de sustancias alucinógenas”, afirmó el general William Castaño, comandante de la Policía Metropolitana. No obstante, las autoridades insisten más en operativos y cifras que en abordar las causas estructurales de esta combinación peligrosa entre turismo, marginalidad y economías ilegales.

Organizaciones criminales siguen explotando este contexto para lucrarse del consumo de extranjeros, que muchas veces no son conscientes de los riesgos. Pero también hay un vacío institucional en cuanto a prevención, educación y responsabilidad compartida entre sector público, privado y los mismos visitantes.

Mientras Medellín continúa consolidándose como destino turístico internacional, estos hechos invitan a reflexionar sobre el modelo de turismo que se está promoviendo y las consecuencias que puede acarrear cuando no se regulan adecuadamente sus entornos.