El consumo de tabaco según la Organización Mundial de la Salud es una de las mayores amenazas para la salud pública en el mundo. Se estima que cada año más de 8 millones de personas fallecen a causa del tabaco; más de 7 millones de estas se deben al consumo directo y alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores. El consumo de tabaco es perjudicial en todas sus modalidades y no existe un nivel seguro de exposición a este, por eso, cada vez más personas buscan diversas alternativas para eliminar este hábito de sus vidas.  

Antes de emprender el camino de dejar de fumar, la persona que desea suspender el consumo de tabaco debe evaluar la toma de la decisión, ya que es muy difícil que se abandone un proceso de adicción cuando aún se existen dudas. Por ello, se debe evaluar bien el por qué se toma la decisión y, para ello, hay que contar con una variable trascendental que es la voluntad.

También es necesario ser conscientes de que se requiere un esfuerzo grande y significativo, ya que cualquier conducta adictiva al momento de eliminarla tiene un periodo donde puede llegar a dispararse, debido a que a nivel biológico el cuerpo pide lo que está acostumbrado a consumir. 

“En este sentido es fundamental tener en cuenta que la voluntad y la toma decisiones es muy importante. Las personas que piensan que esto no les va a costar o que va a ser un proceso fácil, por el contrario, deben prepararse a nivel cognitivo para asumir las posibles situaciones relacionadas con la toma decisión para dejar la adicción”, afirmó el doctor Óscar Castro, coordinador de la Especialización de Psicología Clínica de la Fundación Universitaria Sanitas. 

Las técnicas más actuales para dejar el consumo del cigarrillo se pueden agrupar en tres opciones: 

  • Grupos de terapias psicológicas: tienen dos maneras de intervención: a nivel grupal y a nivel individual. En las terapias grupales se establecen parámetros, que son los objetivos que tienen los miembros del grupo, y se hacen compromisos específicos. Las intervenciones se realizan de manera grupal para que cuando se presenten dificultades con alguno de los miembros, estos mismos puedan servir como modelos o como modelados frente a los demás. Por su parte, las terapias individuales, son aquellas que tienen procesos cognitivo-conductuales donde se identifican cuáles son los contextos que más están haciendo vulnerable a la persona y así ayudarlo a solucionar el problema. 
  • Terapias sustitutiva con nicotina: con esta lo que se intenta es darle nicotina al sujeto por medio de otras vías y dispositivos diferentes al cigarrillo, para que el individuo pueda disminuir a nivel biológico la ansiedad de fumar. 
  • Uso de un medicamento: existe un fármaco que ayuda a las personas a dejar de fumar ya estudios han demostrado una eficiencia de un 40% aproximadamente, lo que hace el fármaco es sustituir en el mapeo cerebral el efecto que llega a producir el fumar, reduciendo los niveles de ansiedad para que la persona disminuya la conducta de consumir cigarrillos.  

Por su parte el doctor Castro comenta que “es recomendable realizar un proceso de terapia psicológica, ya que es más importante cuando el sujeto disminuye el consumo por sus propias herramientas y no por la ayuda de un psicofármaco, teniendo en cuenta que puede generar también cierto tipo de dependencia”. 

Aunque se trata de un proceso que requiere voluntad y compromiso, a continuación se entregan tres consejos que, aunque sencillos, son importantes para quienes emprenden el proceso de dejar de fumar: 

  • Identifique las condiciones de vulnerabilidad que disparan la necesidad de fumar ya sean contextos específicos o situaciones puntuales, para tratar de disminuir la presentación de estos espacios o identificar que en ciertas circunstancias se van a presentar momentos de debilidad. 
  • Contar con una red de apoyo ya que esta no es una decisión solo de la persona, es importante que se involucre el contexto familiar y social cercano, por ejemplo, la pareja, los hijos, familiares y amigos. Es necesario contarles a todos que se está en un proceso para dejar de fumar para que esas personas también puedan colaborar y evitar contextos que generen vulnerabilidad. 

Evaluar los pros y contras y buscar el método con el que mejor se sienta, por ejemplo, con la terapia psicológica grupal o con la terapia individual. Esto permitirá que el cumplimiento de los objetivos sea más accesible.