Un nuevo estudio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) revela el devastador costo humano que ha tenido para Rusia la guerra que inició en 2022. Según el informe, el Kremlin está a punto de alcanzar un hito trágico: un millón de soldados rusos muertos o heridos como consecuencia de su ofensiva en Ucrania.

Esta cifra, calificada como “impresionante” por el CSIS, evidencia no solo el altísimo precio de la invasión, sino también la falta de resultados militares contundentes. A pesar de las enormes pérdidas humanas —de las cuales hasta 250.000 serían muertes— el avance territorial ruso ha sido lento y limitado, lo que refuerza la percepción de un desempeño militar deficiente.

“Ninguna guerra rusa o soviética desde la Segunda Guerra Mundial ha registrado una tasa de mortalidad tan alta”, destaca el informe. Las estimaciones coinciden con reportes de inteligencia de Reino Unido y Estados Unidos, que indican que el ejército ruso pierde en promedio 1.000 soldados diarios en el frente de batalla.

El estudio también refuta la narrativa de control ruso sobre la guerra, señalando que la combinación de pérdidas humanas, destrucción de equipo militar y falta de objetivos cumplidos demuestran que el conflicto está lejos de ser una victoria para Moscú.

Mientras tanto, Ucrania también enfrenta un alto costo: el CSIS estima unas 400.000 bajas, con entre 60.000 y 100.000 muertos. Sin embargo, el informe subraya que el precio más alto lo ha pagado el Kremlin, en una guerra que parece no tener fin ni rumbo claro.