Rusia ha comenzado la producción en serie de su nuevo misil balístico de alcance medio y capacidad nuclear, conocido como Oreshnik, según confirmó este lunes el presidente Vladimir Putin. El anuncio refuerza las tensiones geopolíticas en medio del conflicto con Ucrania y la creciente confrontación con Occidente.

El misil Oreshnik fue utilizado por primera vez en noviembre del año pasado durante un ataque ruso contra la ciudad de Dnipro, en el este de Ucrania. Ese primer lanzamiento operativo estuvo acompañado de una intensa campaña propagandística por parte del Kremlin, que destacó la potencia del arma y su capacidad para evadir los sistemas de defensa aérea.

Sin embargo, muchos de estos señalamientos fueron puestos en duda por analistas occidentales, que los calificaron como exageraciones sin fundamento técnico claro.

El Ministerio de Defensa británico informó que el Oreshnik utilizado en ese ataque llevaba seis grupos de seis ojivas, es decir, un total de 36 municiones, lo que representaría un poder destructivo considerable. Con un alcance estimado de entre 3.000 y 5.500 kilómetros, este tipo de misil se enmarca dentro de la categoría de armamento de alcance intermedio.

Putin justificó entonces su uso como una respuesta directa a la decisión de los aliados de Ucrania de permitir el uso de misiles de largo alcance por parte de Kyiv. Este lunes, el mandatario ruso aseguró que el misil «ha demostrado su eficacia en condiciones de combate», y que su despliegue responde a las necesidades estratégicas de seguridad de Rusia.