El naufragio de una embarcación clandestina en aguas del golfo del Urabá, que se dirigía hacia Panamá, dejó tres migrantes muertos y un bebé desaparecido, según informó la Defensoría del Pueblo en la mañana de este martes.

La lancha salió en la madrugada del lunes desde Necoclí (Antioquia), en donde están represados más de 20.000 migrantes. Se dirigía hacia Acandí (Chocó),  en la frontera con el istmo, para de allí pasar al archipiélago de San Blas, en el país vecino.

Según informaciones de prensa, la lancha navegaba con aproximadamente 30 migrantes de Venezuela, Haití y Cuba, cuando naufragó en el sector de Cabo Tiburón.

«Hasta el momento, la comunidad ha informado que se han rescatado tres cuerpos de personas que fallecieron ahogadas», dijo esa entidad en un comunicado de prensa, difundido en sus canales oficiales.

Los tres cuerpos hallados sin vida en la zona corresponden a dos mujeres haitianas y una cubana. A su vez, tres niños y dos adultos haitianos estarían aún desaparecidos, a la espera de conocerse lo que sucedió con ellos.

«Se nos ha informado que, lamentablemente, un menor de ocho meses estaría desaparecido», se leyó en el documento, que causó conmoción en esta zona del territorio nacional, afectada por la sobrepoblación de personas.

Estos transportes clandestinos zarpan en la madrugada debido a la falta de oportunidades para acceder a tiquetes. Entonces, los migrantes, en su mayoría haitianos, «optan por estas embarcaciones que son ilegales y que representan un riesgo inminente», según el reporte de la Defensoría.

La Armada Nacional, encargada de las labores de búsqueda, confirmó que ya fueron rescatados 21 personas de la embarcación hundida, de las cuales cinco son menores de edad.

En una reunión que tuvieron las cancilleres de Colombia, Marta Lucía Ramírez, y Panamá, Erika Mouynes, en agosto pasado, ambos países acordaron un cupo máximo para el tránsito de migrantes de 500 personas cada día.

Con la información de Sputnik