Bogotá D.C., 23 de febrero de 2024. Un conjunto de 77 piezas arqueológicas pertenecientes a las culturas prehispánicas Tairona, San Agustín, Guane, Calima y Quimbaya fueron repatriadas a Colombia a bordo del avión presidencial, desde Frankfurt, Alemania.

El conjunto de elementos permaneció, desde agosto pasado, en el Consulado de Colombia en Frankfurt al ser recibidos de la firma de abogados Martini-Mogg-Vogt, administradores de la herencia de una familia alemana que declaró haber adquirido las piezas en Colombia en 1974.

En el marco del plan de repatriación y recuperación de la memoria colectiva e histórica de los pueblos originarios de Colombia, liderado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, se inició este proceso de repatriación de las piezas por medio de diálogos diplomáticos de investigación e indagación.

“La mayoría de las veces son las embajadoras y los embajadores quienes ubican en casas de subastas y reciben manifestaciones de personas anunciando su interés en retornarlas. Luego comienzan las conversaciones, vía la Cancillería con el ICANH para que se haga un peritaje», aseveró Catalina Ceballos, directora de asuntos culturales de la Cancillería.

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El peritaje de las piezas fue coordinado y realizado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), que determinó el origen de las piezas y conceptuó que pertenecían a las regiones arqueológicas Tairona, San Agustín, Guane, Calima y Quimbaya, dadas sus características visibles y estilos de manufactura.

“La importancia tiene que ver con una manera adecuada de nosotros tener control sobre el patrimonio arqueológico de la nación», indicó Juan Pablo Ospina, coordinador de arqueología del ICANH.

El experto agregó que “estos objetos sirven como apropiación social de nuestro pasado y nuestro patrimonio y aportan a la consolidación de la memoria social y la identidad de una nación».

La importancia de esta repatriación radica en que “hoy en día estamos entrando a unas nuevas narrativas sobre cómo se enfrenta a la memoria (…). Podemos hablar de una descolonización porque no solamente se trata de una memoria, se trata también de nuevas narrativas sobre cómo los museos resguardan las piezas», enfatizó Catalina Ceballos.