Ya son 16 las personas fallecidas y 8 las reportadas como desaparecidas tras el deslizamiento de tierra que sepultó más de 20 viviendas en la vereda Granizal, en el municipio de Bello, Antioquia.

Sin embargo, las cifras oficiales contrastan con los testimonios de la comunidad, que asegura que podría haber más víctimas bajo la tierra. A pesar del riesgo, muchos familiares se niegan a abandonar la zona del desastre.

La alcaldesa de Bello, Lorena González, hizo un llamado urgente a quienes aún escarban entre los escombros para que se retiren del área por seguridad. Sin embargo, la respuesta de los afectados ha sido contundente: el dolor y la incertidumbre los mantiene allí.

“Acá en esta casa vivía mi mamá, mi padrastro y mi sobrino, a quien ya encontraron. A mi mamá y a mi padrastro todavía no los han hallado”, relató una de las mujeres presentes, cuya voz refleja la angustia de decenas de familias.

El drama se intensifica con los relatos de quienes, sin apoyo oficial, se suman por sus propios medios a la búsqueda. “Mi hermano viajó desde el extranjero para ayudar y tuvo que comprar sus propias palas y herramientas”, contó la mujer. La situación ha evidenciado no solo la magnitud de la tragedia, sino la urgencia de acelerar las labores de búsqueda con el acompañamiento técnico y humano necesario, mientras crece la sospecha de que hay más personas atrapadas bajo la tierra.