La Superintendencia Financiera de Colombia fijó en 24,78 % efectivo anual la tasa de usura para el mes de julio. Esta cifra representa una reducción de 77 puntos básicos frente a la tasa vigente en junio, que se ubicaba en 25,55 % efectivo anual.
La entidad también certificó en 16,52 % efectivo anual la tasa de interés bancario corriente (IBC) para créditos de consumo y ordinarios. Esa tasa estará vigente entre el 1 y el 31 de julio de 2025, y es la base sobre la cual se calcula el límite legal de cobro de intereses en operaciones crediticias.
La reducción de la tasa de usura impacta directamente en los costos financieros que enfrentan los usuarios al adquirir productos como tarjetas de crédito y préstamos personales. En términos prácticos, disminuye el techo de cobro que las entidades financieras pueden aplicar por concepto de intereses remuneratorios o moratorios.
Aunque algunas entidades ajustan sus tarifas con rapidez, el efecto no siempre es inmediato. Además, representantes del sector financiero han advertido que este tipo de regulaciones, si bien buscan proteger al consumidor, podrían dificultar el acceso al crédito formal para ciertos perfiles.
Según banqueros de entidades tradicionales, digitales y del sector cooperativo, limitar los márgenes de riesgo con topes rígidos puede incentivar el crecimiento de esquemas informales de financiamiento como el “gota a gota”.
La Resolución 1254 del 27 de junio también estableció las tasas de interés corrientes para otras líneas de crédito, que regirán durante todo julio. El crédito productivo de mayor monto quedó en 27,73 % efectivo anual. El crédito productivo rural fue certificado en 19,01 %, mientras que el crédito productivo urbano alcanzó el 38,04 %. En cuanto al crédito popular, las tasas fueron más elevadas: el crédito popular productivo rural fue fijado en 51,03 % y el crédito popular productivo urbano en 59,65 % efectivo anual.
Durante los últimos meses, la tasa de usura ha seguido una tendencia descendente. En mayo fue establecida en 25,97 %, en junio bajó a 25,55 % y en julio descendió a 24,78 %. Esta evolución refleja la reducción en las tasas activas del sistema bancario, que sirven de referencia para calcular el interés bancario corriente. Al disminuir los promedios de estas tasas, también cae el tope legal que las entidades pueden cobrar.
Foto y noticia: Colprensa