Una profesora citadina llega a una vereda boyacense para enseñar en la escuela rural y, en el fondo, elaborar el duelo por la muerte de su madre. Su aterrizaje en ese paisaje frío habitado por una pequeña comunidad campesina a orillas de un embalse, se convierte en una experiencia íntima y transformadora en la nueva novela de la escritora colombiana Isabel Botero.
Se trata de ‘La Envida’, una historia que se desarrolla en medio del aire transparente del
páramo, donde los sentimientos y contradicciones humanas que emergen con nitidez, con el amor, el miedo, la soledad, la solidaridad, la crueldad, la ternura… y la envidia, esa “tristeza o pesar del bien ajeno”, ese “deseo de algo que no se posee”.
Isabel Botero es una comunicadora social y periodista, magíster en Escritura de Guiones para Cine y Televisión y en Escrituras Creativas de Medellín, quien ha escrito varios libros de carácter periodístico, y textos suyos han sido incluidos en diversas antologías y medios.
En 2018 ganó el Premio a Libro de Cuento Inédito de la Alcaldía de Medellín con ‘Vine a
buscar el desierto’, mientras que en 2023 publicó la novela ‘Edificio Wolf’, y ahora presenta ‘La Envidia’ con una atrapante trama que va más allá de lo que les ocurre a los personajes que fluye con la naturalidad del vuelo de las garzas o de la jornada silenciosa de un pescador en la represa.
Esta novela avanza con la precisa cadencia de los hechos, envuelta en una calma paramuna donde palpitan múltiples y sutiles universos, apenas perceptibles para la mirada minuciosa de la narradora.
“Rosa avanza por caminos sin nombre, de tierra y piedras, escondidos en los recovecos de las montañas. Por los campos, a lado y lado, hay casas desperdigadas, casi todas de adobe y tapia pisada, donde los lugareños se levantan cada día a lidiar con la naturaleza. Rosa atraviesa los potreros a zancadas. Los conoce desde niña, se sabe cada ondulación, cada protuberancia. La hierba en algunas partes está tan crecida que le llega a las rodillas. Tras una colina, la casa de su hermano Crisantemo aparece. Todas las ventanas están cerradas; deduce que ha pasado otra noche de pesadilla. La morfina ya no le hace ni cosquillas. Antes de que su hermano enfermara, siempre pasaba a tomarse un café con él y aunque no hablaban mucho, se decían todo. No ha muerto, pero ya lo extraña. La enfermedad se lo ha llevado lejos, a una tierra perdida donde ya no puede alcanzarlo”, se presenta en uno de los fragmentos de la obra.
Foto y noticia: Colprensa