La aprobación del proyecto de ley presupuestal impulsado por el expresidente Donald Trump ha generado una ola de críticas no solo dentro del Congreso, sino también en el sector privado.
La más sonora provino del empresario tecnológico Elon Musk, quien calificó la iniciativa como una “abominación repugnante” y advirtió que podría llevar a Estados Unidos a la bancarrota.
El paquete de gasto, aprobado por los republicanos en la Cámara y promovido intensamente por Trump, busca reestructurar partidas clave del presupuesto federal. Entre los sectores más afectados estaría la industria de los vehículos eléctricos, que perdería los incentivos fiscales que actualmente estimulan su crecimiento. Tesla, una de las principales compañías beneficiarias de estos subsidios, podría ver reducidos sus márgenes competitivos si la ley avanza.
“Este proyecto no reduce el déficit, lo amplía”, afirmó Musk, quien ya había expresado su descontento en entrevistas previas. En redes sociales, fue más allá y acusó al Congreso de “traicionar al pueblo estadounidense”, advirtiendo que muchos legisladores podrían pagar el costo político en las elecciones de noviembre.
Desde la Casa Blanca, la secretaria de prensa Karoline Leavitt restó importancia a las declaraciones: “El presidente ya conocía la opinión de Musk. Eso no cambia su respaldo al proyecto”, aseguró, defendiendo el plan como una medida audaz y necesaria.
El presidente de la Cámara, Mike Johnson, también respondió con firmeza: “Elon está terriblemente equivocado. Tuvimos una conversación cordial, pero su interpretación no representa la totalidad del proyecto”. Johnson señaló que las críticas podrían estar influenciadas por los intereses específicos de Musk, particularmente en el área de los vehículos eléctricos.
La confrontación revela una creciente fractura entre figuras influyentes del sector empresarial y el ala conservadora del Partido Republicano, justo cuando se define el rumbo económico del país de cara a las elecciones presidenciales de 2026.