Ni siquiera con el panorama más adverso, ni siquiera quedándose sin dos defensores centrales por lesión, ni siquiera con la actitud permisiva del juez antioqueño Wílmar Roldán, ni siquiera con 30.000 personas en su contra, ni siquiera así, el vigente campeón de la Liga, Deportes Tolima, se entregó.

El elenco ‘Pijao’, en un partido épico, sacó un punto de oro en su visita al Deportivo Cali (1-1), por la ida de la gran final del torneo del segundo semestre, y quedó más cerca que nunca del ‘bi’.

El tanto del delantero paraguayo Gustavo Adrián Ramírez (60′), quien sacó de nuevo a relucir su fortaleza en el juego aéreo, con un espectacular cabezazo al primer palo, inatajable por el rival, liquidó el compromiso, en el que el anfitrión se fue en ventaja con el gol del atacante Harold Preciado (41′).

Los asistentes al escenario palmireño quedaron fríos tras este resultado, que en contraste representa una ilusión muy grande para los visitantes, quienes quieren hacer historia a lo grande en el FPC.

El ‘Vinotinto’ apeló a su amor propio, a la garra ‘guaraní’ de su goleador, quien sin importar el tener una la ceja rota se quedó en el campo de juego, para seguir dándole alegrías a su equipo.

Y, sacándole fruto a su propuesta física y, si se quiere defensiva, en la que no solo se destacó en el último cuarto del terreno de juego, sino que también se hizo sólido en defensa, con una destacada actuación del arquero William Cuesta, quien en dos oportunidades se convirtió en el ‘salvador’ de su escuadra en este duelo.

Ante su gente, con las estadísticas a su favor y con el fervor de romper con la mala racha en las definiciones como local en la Liga, vigente desde hace 15 años, el conjunto de la ‘Tierra Firme’ saldrá a conquistar la gloria en el FPC.

Y convertirse en el segundo equipo en ganar, en un mismo año, dos certamenes semestrales, algo que solo ha logrado Atlético Nacional, en la temporada del 2013. Y no solo eso, sino el ratificar que el trofeo del primer semestre no fue, en ningún modo, casualidad.