Luego de la escalada política que han tenido los Talibanes en Afganistán quienes han vuelto a tomar el control político del país árabe, El Presidente de Los Estados Unidos Joe Biden, se ha visto envuelto en una serie de presiones de los diferentes sectores políticos, sociales y económicos de su país, quien no ven con buen ojo la postura que ha tomado en torno a ésta situación, la cual ha desatado una oleada de evacuaciones de personas que buscan exiliarse a todo costa del país, el cual ha sido tomado políticamente por los Talibanes, quienes saben no tomarán como inofensivo el apoyo que muchos de sus ciudadanos otorgaron por más de dos décadas a las políticas estadounidenses, ofreciendo su apoyo en contra de una organización que resurge entre las cenizas y que amenaza no solamente con contrarrestar a quienes verán como opositores, sino que aún se verán afectadas políticas en las que se habían avanzados socialmente, como por ejemplo, derechos políticos, educativos, sociales de las mujeres, las cuales se espera queden detenidas y vuelvan a retroceder, esto dado la postura ultra conservadora de los talibanes.

Pero esto en sí no es la problemática que ha puesto en vilo al Presidente Estadounidense, sino que al insistir con el apoyo del retiro de sus tropas en tierra afgana, ha provocado un sin sabor en los diferentes sectores políticos, aún dentro de su mismo partido, quienes ven como una postura débil, y hasta “cobarde”, la tomada por el Presidente Norteamericano a quien le llueve críticas, y que bien él tratando de memorizar los efectos negativos con los cuales desde ya se dice tendrá que cargar a lo largo de su trayectoria presidencial he histórica, ha intervenido en el escenario coyuntural diciendo que ante el caos desatado en Kabul, amenazó a los talibanes si no permiten la evacuación oportuna de los ciudadanos americanos o si hubiesen represalias contra ellos, por lo que advirtió que si no se tiene en cuenta su pedido entonces actuaría de una manera “rápida y contundente”, aún si era necesario haría “uso desbastador de la fuerza militar”.

Y es que Biden quien está en el ojo del huracán, en si heredó un pacto que el ex presidente Trump hizo en tierras afganas, en donde estableció el retiro de las tropas del país árabe, y lo que hizo el Presidente actual fue seguir con esa política, la cual ha estado pagando con una presión política que sin duda le traerá consecuencias, al él decidir retomar el pacto, que aunque no fue su idea, por decidir apoyarla ha tenido que pagar las consecuencias que amenazan con empañar su gestión, su propia imagen de favorabilidad y por ende futuros apoyos políticos.

Trump quien resurgió ante esta polémica desatada por una política que él dejó implementada, aprovechó para lavarse las manos y avivar la llama de la controversia en contra de Biden, asegurando que: “el actual presidente de los estados unidos se había “rendido” ante los talibanes, y que por su parte eso era algo que él nunca hubiera permitido de estar dirigiendo el país norteamericano.

La polémica aún está servida, y cada día según se va presentando nuevas problemáticas en el país afgano estos e le va aunando como presión a Biden, quien busca salirse librado de la mejor manera ante esta demandante situación, que desde ya ha estado menoscabando su imagen y dándole un tinte de debilidad que bien afectará su procedimiento político y hará que su gestión política se vea detenida como empañada.  Este dilema que apenas empieza sin duda promete llevar al límite al Presidente norteamericano quien se ve expuesto entre la espada y la pared.