Bello, Antioquia — En la ruta que conduce a la Cantera La Laura, en la vereda Hato Viejo de Bello, no solo se ve maquinaria y arena: hay senderos con figuras de fauna silvestre como armadillos e iguanas, y mensajes educativos sobre la conservación del ecosistema. Esa mezcla de minería y pedagogía ambiental es una muestra del enfoque con el que esta empresa familiar ha decidido operar: de manera legal, consciente y regenerativa.

La historia de esta unidad minera es particular. Desde hace cuatro décadas, la familia de don Juan —su actual titular— pasó de cultivar café a extraer arena para revoque, una de las más apetecidas en la región por su calidad. Hoy, la Cantera La Laura es una de las pocas areneras que opera con licencia ambiental vigente, gracias al programa Formalizar para Regenerar de Corantioquia, que les otorgó el permiso para continuar trabajando por 15 años más.

Más allá de la formalidad: regenerar y cuidar el entorno

Uno de los mayores orgullos de la cantera es su planta de tratamiento de aguas residuales industriales, que utiliza un sistema de filtro prensa para limpiar el agua con sedimentos del proceso de extracción. El resultado: agua limpia en un 99.9 %, que puede devolverse a su cauce natural en la quebrada La Avelina sin generar impactos negativos.

Sin la quebrada no tendríamos materia prima, y sin el agua no hay vida”, afirma don Juan. Para él, trabajar en regla no es solo una exigencia legal, sino una forma de cuidar el territorio y garantizar que sus operaciones sean sostenibles en el tiempo. “Las constructoras grandes ya exigen que todo esté en regla. Ser legales es también una ventaja en el mercado”, señala.

Minería familiar con conciencia ambiental

La empresa nació luego de que una plaga de roya acabara con los cultivos de café de la familia. Fue entonces cuando la abuela —madre de 15 hijos— vio una oportunidad en el suelo: “tenemos una finca rica en arena”, dijo. Así nació el proyecto, que inició con vecinos del sector y que hoy genera empleo estable y apuesta por la regeneración ambiental.

A lo largo de los años, la familia ha buscado actualizarse, cumplir la normativa minera y ambiental, y sostener su operación con criterios de legalidad. Esto les ha permitido mantenerse vigentes y seguir creciendo, sin temor a sanciones ni cierres.

Acompañamiento institucional

La obtención de la licencia fue posible gracias al acompañamiento técnico de Corantioquia, a través del Grupo de Licencias Ambientales y Trámites Especiales. Durante el proceso, se hicieron ajustes y se cumplió con los requisitos exigidos para demostrar que la minería de pequeña escala también puede ser responsable.

La entidad ambiental reconoce en esta cantera un ejemplo de cómo las actividades extractivas pueden integrarse con la protección del entorno, el trabajo digno y el desarrollo regional. La licencia otorgada tiene vigencia por 15 años, y compromete a la empresa a continuar operando bajo criterios de sostenibilidad, dentro de la jurisdicción de la Oficina Territorial Aburrá Norte.

Minería que deja huella positiva

Corantioquia insiste en que “trabajar en armonía con el ambiente sí es posible”, y casos como el de Cantera La Laura refuerzan ese mensaje. Con acciones como el tratamiento del agua, la generación de empleo local y la educación ambiental, esta arenera se posiciona como un modelo de minería legal y regenerativa en Antioquia.