Se está cumpliendo un siglo de haberse implementado en el país la figura de valorización, proceso que empezó en la ciudad de Bogotá y que luego Medellín aplicó. Desde su creación, la capital antioqueña, a pesar de los cambios que se han dado en el ente administrativo que la representa, ha generado progreso y desarrollo a la ciudad, al punto que un alto porcentaje de las obras viales que tenemos, son fruto de esta estrategia.

Han pasado cien años desde que se habló por primera vez en Colombia de realizar obras por el sistema de valorización, entendiéndose este como la contribución económica que hacen a un proyecto las personas directamente beneficiadas por él, para poder financiarlo y construirlo de manera específica, lo que se refleja en una mayor valoración de sus predios.

Desde 1921 se planteó en Medellín la idea de establecer acá el sistema, pero apenas hasta 1938 se pudo empezar a aprovechar esta política en nuestra ciudad, porque inicialmente estaba reservada solo para Bogotá.

 

 

Las obras de antes

La primera obra que se hizo en la ciudad mediante valorización data del año 1942, cuando se ejecutó la ampliación de las calles Boyacá y Calibío -entre Bolívar y Carabobo- por lo que se compró el edificio de la Imprenta Nacional, cerca al Parque de Berrío, para ampliar la carrera 52, lo que significó un gran hito para la época.

Después de eso, calles como la 33, San Juan, la avenida Oriental, la carrera 80, Las Vegas, las avenidas Ferrocarril y Guayabal, la primera calzada de la variante Las Palmas, las transversales Superior e Inferior, además de las diferentes obras en El Poblado, se han construido mediante este sistema; más o menos un 80% de las vías de Medellín. “Si no existiese valorización en la ciudad, estaríamos atrasados cien años en infraestructura vial”, afirma René Hoyos Hoyos, actual director de Fonvalmed, al referirse a la importancia de esta modalidad constructiva.

En el transcurso de los años pasaron muchas cosas con este modelo de contribución y la entidad también tuvo cambios a lo largo del tiempo, hasta que el Inval -que fue el órgano del orden administrativo que representó a esta figura de gestión de proyectos durante un largo periodo- fue liquidado y luego, por decreto 104 del 2007 se constituyó el Fondo de Valorización de Medellín, Fonvalmed.

Para lograr este nivel de aceptación por parte de la comunidad -opina el director- es vital que la gente conozca bien los componentes del sistema, para que adquiera un mayor sentido de pertenencia. “El modelo de valorización está bien -aclara-  pero el desconocimiento de las personas sobre lo que es el sistema de contribución de valorización, el apoyo que esto implica para su financiación y los beneficios que para ellos dejan las obras, son una dificultad para realizarlas”.

 

La valorización contribuye al desarrollo vial de la ciudad

De acuerdo con el director de Fonvalmed, René Hoyos Hoyos “cada vez Medellín tiene más requerimientos de financiación de obras en aspectos sociales, lo que se hace vía impuestos. Es bueno ampliar redes de colegios y crear beneficios para los más necesitados. La ciudad necesita brindar salud, educación y otros aspectos y lo hace con recursos que de alguna manera ya están asegurados, como por ejemplo los dineros que se recaudan por el predial y otros, pero para esas grandes transformaciones físicas estos quedan cojos y es aquí donde cabe este instrumento de contribución, el cual se requiere para generar desarrollo vial y para el mejoramiento de las condiciones de movilidad de nuestra capital”, concluye.

Por el momento, el Fonvalmed sigue adelante con la ejecución de su paquete de proyectos en El Poblado, donde faltan por construir dos obras del total planeado:  la ampliación de la avenida 34 con sus intercambios en las lomas de Los Balsos, Los Parra, Los González y Las Palmas y la carretera al Tesoro con vía Linares; para seguir avanzando en la modernización de la infraestructura vial de Medellín y en la construcción de su futuro.

 

 

Las obras actuales

Este organismo tiene hoy a su cargo este proceso y ejecuta una serie de obras en El Poblado, la última de ellas puesta en servicio hace poco. Se trata del paso a desnivel de la transversal Inferior con la loma de Los González, uno de los 21, de un total de 23 proyectos que se hacen en ese sector, lo que significa un avance del proceso de Valorización de El Poblado en un 91.3%, con inversiones del orden de los 400 mil millones de pesos.

María Hilda González Moreno, es un ama de casa vecina de esta última obra entregada por la Alcaldía; tiene 79 años, de los cuales ha vivido 58 en una casa sencilla, pero muy agradable y dice que no se cambia por nadie por lo bonito que quedó. “Estoy feliz con esta obra. Yo cuando iba a la iglesia de La Visitación le decía a mi Dios que me concediera vida para conocerla y me la concedió. Yo la veo y parece mentira. Muy buenos los espacios para caminar. Todo quedó muy lindo y estoy muy contenta”, manifiesta. Es el reflejo del impacto positivo que generan en la comunidad las buenas ejecuciones públicas.