Una condena de 17 años de prisión recibió Miguel Ángel Marín Trujillo, hallado culpable de secuestro simple agravado, acceso carnal violento y suministro de drogas a una menor de edad. La sentencia fue emitida por un juez de conocimiento tras valorar las pruebas presentadas por la Fiscalía.
El caso se remonta al 1 y 2 de febrero de 2020, cuando una joven de 16 años fue interceptada, amenazada con un cuchillo y llevada hasta un matorral en el sector de La Tablaza, municipio de La Estrella, al sur del Valle de Aburrá. Allí, el agresor la mantuvo retenida durante aproximadamente cuatro horas, tiempo en el cual la sometió sexualmente y la obligó a consumir cocaína.
El hombre fue capturado en flagrancia gracias al aviso oportuno de varios menores que presenciaron parte del hecho y alertaron a las autoridades. Sin embargo, el proceso judicial no estuvo exento de cuestionamientos: pese a la gravedad de los delitos, Marín Trujillo había recuperado su libertad por vencimiento de términos, una decisión que evidencia los vacíos estructurales del sistema judicial colombiano frente a los tiempos procesales y la protección de las víctimas.
La investigación fue adelantada por una fiscal del Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual (Caivas) de Medellín, y el fallo de primera instancia ya quedó en firme, por lo que se ordenó nuevamente la captura del sentenciado para el cumplimiento efectivo de la pena.
Este caso se suma a la lista de agresiones sexuales contra menores que terminan en procesos prolongados o liberaciones por vencimiento de términos, dejando en evidencia la necesidad urgente de reformas judiciales que prioricen la atención y reparación de las víctimas. Mientras tanto, la condena de Marín Trujillo representa un triunfo tardío, pero significativo, en la búsqueda de justicia para una joven cuya vida quedó marcada por la violencia.



