Según las mediciones de la Encuesta Global 2025, en lo que tiene que ver con la educación de los jóvenes, preocupa la tendencia general, con especial énfasis en Colombia, en donde se ha establecido que el 43% de los jóvenes deciden no cursar estudios superiores; en el mundo es del 31%.

Esta cifra tiene un alcance enorme, que obliga a actuar sobre las causas concretas para que sea posible crear correctivos al respecto ya que, de no ser así, la cifra puede crecer, conformándose una masa de personas muy grande que no va a estar preparada para la vida y tampoco para hacer aportes significativos a la sociedad y a su país.

La principal causa, según el estudio, radica en problemas financieros, en donde casi el 70% lo manifiesta, situación que se agrava, pues la universidad pública no está en capacidad de absorber la demanda de estudiantes de bajos recursos, pues no dispone de los cupos suficientes y se ve en la obligación de sólo aceptar los más altos puntajes, desechando al resto, que tiene que buscar una opción en una universidad privada.

Esto significa que las posibilidades de acortan en las actuales circunstancias, cuando las políticas de crédito educativo a través del ICETEX se han visto reducidas significativamente, y la alternativa de acudir al sistema financiero es demasiado costosa y además no ofrece plazos largos para su amortización.

Por otro lado, un 40% manifestó problemas familiares, lo que significa que al interior de los hogares existe un cúmulo de situaciones negativas que es necesario identificar y atacar para que puedan ser superadas. Los hogares con problemas crecen a medida que la sociedad se transforma; ya no hay tiempo en los padres para dedicar espacio suficiente para sus hijos, y los entornos de los jóvenes en la calle hacen que surjan serios problemas que es necesario atacar a tiempo, para que no se traduzcan en situaciones irreparables.

Pero también es importante destacar que un 17% de encuestados manifiestan que no tienen interés en un ciclo profesional, para los cuales es necesario diseñar una alternativa intermedia para poderlos acercar al conocimiento, y por lo tanto, a una forma para incorporarlos al aparato productivo, de tal manera que les sea posible desarrollar su ciclo vital y sus necesidades familiares.

Sería importante mirar hacia el modelo alemán, en donde la persona que cursa educación media, tiene que adoptar un plan paralelo en un arte u oficio para, si no es posible su ingreso a la educación superior, pueda entonces estar capacitado para desarrollar una ocupación que le permita un ingreso, con el conocimiento especializado adquirido.

Muchos interrogantes por resolver y muchos programas por desarrollar, para que nuestros jóvenes puedan estar frente a un futuro cierto.