En el año 2002, un cilindro bomba disparado por la antigua guerrilla de las Farc-EP estalló dentro de la iglesia de Bojayá, Chocó; allí se resguardaban quienes huían de las balas y del fuego cruzado, mientras se enfrentaban la extinta guerrilla con los paramilitares. Este hecho dejó como saldo aproximadamente a 79 personas muertas, 48 de ellos menores de edad.

En esta zona, hay poco más de 10.000 víctimas, lo que corresponde al 80% de una población de 12.600 personas proyectadas a 2023. De estas, 9.411 están sujetas de atención y cumplen con los requisitos para acceder a las medidas de atención y reparación. El proceso de reparación ha centrado sus esfuerzos en el trabajo con las comunidades reconocidas en el Registro Único de Víctimas por los daños colectivos ocasionados.

La Comunidad Indígena Embera Dóbida de Bojayá, la Comunidad Afro de Bellavista, los Consejos Comunitarios de Bojayá y el Resguardo Indígena Opogado Doguado, son las cuatro comunidades reconocidas. Los dos primeros se encuentran en fase de implementación de su Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC), el tercero en proceso de diseño y formulación y el último, por ser el más reciente, se encuentra en fase de identificación. Son Planes Integrales que reconoce a las comunidades en su condición de víctimas y los dignifica hacía la garantía de sus derechos constitucionales.A partir del trabajo conjunto entre la comunidad y la Unidad para las Víctimas, en abril de 2018 el plan es protocolizado y se dan inicio a las acciones enfocadas a fortalecer sus prácticas culturales y espirituales, organizativas y de memoria entre las que se destacan actividades para promover el vínculo con el río Atrato a través de rituales de limpieza, recolección y reciclaje de basura, concursos de natación, canotaje y pesca, promoción de prácticas culturales mortuorias como los alabaos, el gualí (ritual mortuorio para niñas y niños menores de 7 años) y el levantamiento de tumba. Asimismo, en el marco de este proceso, se realizó la entrega, velación y entierrro final de las víctimas de la masacre, permitiendo a la comunidad despedir a sus seres queridos alrededor de sus usos y costumbres.

Con el objetivo de impulsar la recuperación de la panadería comunitaria de Bellavista y como reparación colectiva se han realizado capacitaciones en panadería y repostería, administración y Atención al cliente a 15 mujeres de la comunidad Afro de Bellavista.

Con el apoyo del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para el Sostenimiento de la Paz (MPTF) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el año anterior se hizo entrega de la Casa Pasaje, un espacio que permite fortalecer el proceso organizativo, recuperar los lazos de confianza y reconstruir el tejido social de la comunidad.