Con solo 13 años, esta joven nadadora de Leticia ya representa al Amazonas en competencias nacionales. Su historia es testimonio de superación, disciplina y amor por el deporte.

Leticia (Amazonas), 23 de julio de 2025. A más de mil kilómetros de las piscinas olímpicas más reconocidas del país, en pleno corazón del Amazonas, crece una nueva promesa del deporte colombiano: María Fernanda Cahuache Ortiz, una nadadora de tan solo 13 años que entrena cada día con un sueño firme en su horizonte: representar a Colombia en unos Juegos Olímpicos.

Desde muy pequeña, María Fernanda encontró en el agua su lugar seguro. A los ocho años, dio sus primeras brazadas, aunque admite que no fue fácil al principio. “No sabía cómo defenderme”, recuerda. Pero con disciplina y valentía, lo que comenzó como una experiencia intimidante se convirtió en su pasión de vida.

Una nadadora con determinación

En cada palabra, María Fernanda transmite una seguridad que sorprende por su edad. “Cuando compito, siempre quiero llegar de primera”, dice con convicción. Su carácter competitivo no le impide disfrutar del proceso; al contrario, se nutre de cada experiencia, como lo demostró en dos momentos clave de su joven carrera.

El primero ocurrió en octubre de 2024, durante una competencia de aguas abiertas. El río Amazonas, con su fuerza impredecible, puso a prueba su temple. “Me dio miedo, me estaba llevando la corriente, pero saqué fuerzas y llegué a la meta”. Ese esfuerzo le valió una medalla de bronce y reforzó su vínculo con la natación.

El segundo momento fue en las finales nacionales de los Juegos Intercolegiados 2024 en Manizales. Aunque no obtuvo medalla, la experiencia fue enriquecedora. “Conocí nuevos lugares, nuevos rivales… fue muy transformador”. María Fernanda destaca el apoyo del Ministerio del Deporte, que hizo posible su participación. “Lo logístico es muy importante. Sin ese respaldo, no hubiéramos podido llegar”.

Una familia que nada con ella

Más allá del deporte, lo que realmente impulsa a esta joven promesa es su familia. Durante una videollamada, su historia no fue contada solo por ella. A su lado estaba su padre, Luis Fernando Cahuache Rodríguez, quien conmovido relató:

“María Fernanda es feliz nadando. Cuando compitió en aguas abiertas y la corriente la retó, yo me asusté… pero ella sola respondió y llegó. Siempre la apoyaré”.

También estuvo presente su madre, Luz Mery Ortiz Ríos, quien con ternura aseguró:

“Me llena de orgullo verla competir. Es bonito que viva experiencias fuera de la región, que crezca como persona”.

Juntos, forman un equipo sólido que respalda cada paso, cada brazada, cada nuevo reto.

El deporte como motor de transformación

Historias como la de María Fernanda Cahuache demuestran el impacto profundo de programas como los Juegos Intercolegiados en las regiones más apartadas de Colombia. Gracias al impulso del Ministerio del Deporte, niñas y niños del Amazonas pueden soñar en grande y tener las herramientas para convertir esos sueños en metas alcanzables.

Cuando María Fernanda entra al agua, no nada sola. La acompañan su familia, su esfuerzo, su tierra, y un país que empieza a mirar al sur con más atención, entendiendo que el talento también crece entre selvas y ríos.