El atacante, que deslumbró en 2016, no ha tenido continuidad ni peso futbolístico desde entonces. Su fichaje genera más nostalgia que ilusión.
Nación Paisa | Julio 26 de 2025
Atlético Nacional anunciaría en las próximas horas el regreso de Marlos Moreno, aquel joven explosivo que brilló bajo la dirección de Reinaldo Rueda y fue pieza clave del título en la Copa Libertadores 2016. Sin embargo, el panorama actual dista mucho de aquel pasado glorioso, y su llegada al equipo antioqueño plantea más dudas que certezas.
Siete años sin consolidarse en ningún club
Desde su salida al Manchester City en 2016, Marlos ha tenido un itinerario errático por Europa y Sudamérica, sumando pasos breves y poco memorables por equipos como Deportivo La Coruña (España), Flamengo (Brasil), Lommel SK (Bélgica), Troyes (Francia), entre otros. En ninguno de estos clubes logró continuidad ni cifras destacadas.
Su rendimiento en los últimos años ha sido tan discreto que muchos hinchas ni siquiera recuerdan dónde jugó la última temporada. De promesa internacional a jugador sin impacto, la carrera de Marlos parece haberse detenido desde que dejó el Atanasio.
¿Refuerzo o apuesta emocional?
El posible regreso del extremo ha sido presentado como un «refuerzo», pero el término puede resultar excesivamente optimista. Marlos Moreno no compite con regularidad ni muestra un nivel diferencial desde hace más de cinco años. ¿Cómo puede entonces reforzar a un Nacional que busca protagonismo continental?
Traer a un jugador sin ritmo, sin gol y sin actualidad futbolística real no es una apuesta deportiva, es una jugada nostálgica.
En un equipo que atraviesa dificultades defensivas, falta de identidad y críticas al proceso de Gandolfi, incorporar un nombre sin presente ni proyección parece más una decisión de marketing o populismo institucional que una verdadera mejora del plantel.
Un club grande no puede vivir del pasado
Atlético Nacional, el equipo más laureado de Colombia, tiene la obligación de construir desde el presente y pensar en el futuro. Apostar por un jugador que no marca diferencia desde 2016 —aunque haya sido ídolo de un pasado brillante— transmite un mensaje peligroso: la gloria pasada se impone sobre el rendimiento actual.
Marlos Moreno puede reencontrarse, sí. Pero hoy, con datos y contexto, no es un refuerzo: es una incógnita. Y Nacional no está para apuestas, sino para certezas.
Foto: Colprensa