El presidente Gustavo Petro se refirió a la política del expresidente Iván Duque y sus decisiones en contra del proyecto de la paz, según el mandatario, el obtenerse a no implementar el proceso de con las Farc, fue una estrategia para promover las disidencias y así “seguir la guerra”, la cual cree le favorecía a sus intereses de gobierno y de sus aliados, afianzando su discurso guerrerista, lo cual “era su guion trasnochado” con el que motivaba a quienes lo habían elegido y que luego en gran porcentaje, se fueron contra él, evidenciándose en su imagen negativa con al que se retiró.

Las disidencias fueron construidas por Duque. La política de destruir el proceso de paz construyó las disidencias. El objetivo era reconstruir las Farc armadas, para que pudiera seguir existiendo la excusa de la guerra. No lo hicieron sino parcialmente, entramparon, hicieron trampas”, sostuvo.

Con respecto a esto, Gustavo Petro Urrego aseguró que la cocaína con la que se hizo el entrampamiento de ‘Jesús Santrich’ fue adquirida por la DEA y entregada por uno de sus agentes y que hay declaraciones ante la justicia que así lo demostrarían, pero que quedaron archivadas por funcionarios, por temor a que se descubriera en los medios la verdad.

De igual manera, Petro se refirió a los requisitos económicos que garantizaría el cumplimiento de los acuerdos de paz con las Farc y responsabilizó a miembros del anterior Gobierno de “sembrar minas” que pueden dificultar el cumplimiento de sus promesas electorales.

“Se ha dicho y debe ser así que hay que cumplir los acuerdos de paz con las Farc. El primer punto del acuerdo es que 3 millones de hectáreas fértiles se deben entregar al campesinado, ¿alguien se ha preguntado cuánto cuesta comprarla para no entrar a pelear con los señores dueños para que no digan que es una expropiación?”, dijo el mandatario, quien aseguró que serían entre 10 o 20 millones de pesos cada una, lo que llegaría 60 billones de pesos.

Así mismo, aseguró que “hay que cumplir el acuerdo de paz” y son “tres millones de hectáreas de tierra fértiles que se deben entregarse al campesinado”, que es el primer punto del acuerdo. Indicando que el proceso a seguir es comprar a los dueños para “no entrar en peleas”.

“Alguien se ha preguntado cuánto valen los tres millones de hectáreas o de dónde las vamos a sacar. Hay que comprarlas para no entrar en peleas con los señores dueños de las tierras a precio comercial, porque sino van a decir que es una expropiación”.

Asimismo, mencionó que cumplir el acuerdo de paz significa para el país 60 billones de pesos y “el marco fiscal los quita”: “¿Qué hacemos, cumplimos o no cumplimos?”.