La Unidad para las Víctimas entregó más de 2.200 millones de pesos en indemnizaciones a sobrevivientes del conflicto armado en Ituango, en una jornada marcada por la memoria, la resistencia y la esperanza.
En medio de abrazos, lágrimas y música de chirimía, más de 200 víctimas del conflicto armado recibieron cartas de indemnización económica como parte de un acto de reparación y dignificación liderado por la Unidad para las Víctimas en el municipio de Ituango.
La jornada, considerada la más grande de los últimos años en el norte de Antioquia, reunió a 213 personas que llegaron desde veredas lejanas —algunas tras más de un día de viaje en mula y chiva— para ser notificadas de sus indemnizaciones, que en total suman 2.241 millones de pesos.
El Estado no los ha olvidado
El evento fue presidido por el director general de la Unidad para las Víctimas, Adith Rafael Romero, quien reiteró el compromiso del Gobierno Nacional con la reparación integral de las comunidades afectadas por la violencia.
“Queremos decirles a las víctimas del conflicto armado, en especial de esta región tan golpeada por la violencia, que el Estado colombiano se hace presente y no los ha olvidado”, afirmó el funcionario.
Ramón, un testimonio de resistencia
Entre los asistentes estaba Ramón Gerardo Posada, de 75 años, quien sobrevivió a la masacre de El Aro, perpetrada hace 28 años por grupos paramilitares.
Aquel ataque dejó 15 personas asesinadas, 42 viviendas incendiadas, el saqueo de tiendas y el desplazamiento forzado de cerca de 600 habitantes.
“Esta indemnización significa un reconocimiento del Estado por la resistencia que tuve para aguantar tantas circunstancias difíciles, hasta llegar a este día tan esperado”, expresó Ramón, visiblemente emocionado.
Tras décadas de trabajo en el campo, planea invertir el dinero “para amortiguar el cansancio de la vejez y continuar cultivando la tierra que tanto amo”, dijo.
Un acto simbólico por la memoria
Durante la jornada, las víctimas participaron en un acto de memoria y dignificación que combinó momentos solemnes —como el minuto de silencio en homenaje a los fallecidos— con expresiones culturales que exaltaron la resiliencia del pueblo ituanguino.
En una bitácora colectiva, los asistentes escribieron mensajes a sus familiares ausentes y reflexiones sobre la necesidad de poner fin a la violencia en Colombia.
Cumplimiento de una deuda histórica
Con las indemnizaciones entregadas a las nueve víctimas de El Aro, el Estado avanza en el cumplimiento de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que ordenó la reparación integral por la masacre ocurrida en 1997.
En total, la Unidad para las Víctimas ha realizado más de 4.500 pagos en Ituango desde 2012, con una inversión que supera los 60.000 millones de pesos en medidas de atención y reparación.
“Cada indemnización representa un paso hacia la justicia, pero también hacia la reconstrucción del tejido social de las comunidades que se niegan a rendirse”, concluyó el director Adith Rafael Romero.
Una comunidad que sigue resistiendo
Tras el acto, Ramón Gerardo y sus vecinos emprendieron el largo viaje de regreso al corregimiento de El Aro, con la esperanza de seguir reconstruyendo sus vidas y sus proyectos en la tierra que los vio nacer.
“Esa es la tierra natal mía, la que prefiero porque la trabajé sin descanso toda mi vida”, dijo antes de partir.