Las autoridades ambientales en el Valle de Aburrá, informaron recientemente del rescate de dos monos que se encontraban en cautiverio en pésimo estado de salud.
Lo que sorprende a la comunidad, es que en uno de los casos, un mono de la especie capuchino, era drogado presuntamente con sustancias psicoactivas por parte de las personas que lo tenían en cautiverio.
Este hecho evidencia una de las problemáticas más graves que enfrenta la fauna silvestre en Colombia: el comercio y la tenencia ilegal de animales. Este es el octavo mono capuchino que ingresa al CAVR desde 2024.
El ejemplar llegó al centro en condiciones delicadas: muy nervioso, con el pelaje sucio y bajo peso. Debido a su corta edad y estado de salud, fue trasladado a la sala de neonatos, donde recibe atención especializada, alimentación controlada y acompañamiento permanente por parte del equipo técnico.
El otro caso se trata de a un mono cariblanco infantil (Cebus albifrons) el cual fue entregado en la Estación de Paso luego de haber permanecido cerca de cuatro meses en una vivienda donde, según el relato de quienes lo llevaron, pasaba gran parte del tiempo sobre el lomo de un perro.
Al ser evaluado por el equipo profesional del CAVR, se evidenció que el animal presentaba un estado nutricional deficiente, además de una severa irritación y heridas en la zona perianal, consecuencia directa de la acumulación de materia fecal bajo el pañal que portaba, un pañal para humanos.
Sólo en el 2025, las autoridades ambientales del Valle de Aburrá han recibido 45 casos de monos cariblancos en todo el territorio, los cuales son adoptados como mascotas, y posteriormente los ejemplares comienzan a reflejar graves daños en su salud, algunos irreversibles para su bienestar.