Una alerta de inteligencia sobre un posible atentado obligó a desviar el avión presidencial que transportaba al mandatario Gustavo Petro desde Europa hacia Colombia. El vuelo, que tenía previsto aterrizar en Bogotá el pasado 3 de julio, fue redirigido de emergencia a Pereira luego de que se reportara un seguimiento anómalo desde su escala en las Islas Canarias.
El Ministerio de Defensa confirmó que la amenaza fue tomada con máxima seriedad y que se han reforzado todos los esquemas de protección presidencial. «El presidente, al ser jefe de Estado y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, siempre será un objetivo para diversos actores armados», declaró Pedro Sánchez, ministro de Defensa.
Fuentes militares indicaron que el avión fue rastreado en tiempo real, lo que encendió las alarmas de los organismos de seguridad. Tras aterrizar en Pereira, Petro permaneció allí bajo estrictas medidas de protección y posteriormente se trasladó a Bogotá en una aeronave militar.
Las autoridades activaron un centro de fusión de inteligencia para investigar el posible origen de la amenaza, que estaría relacionada con versiones sobre misiles adquiridos por grupos criminales con capacidad de interceptar aeronaves. Aunque no se han revelado detalles técnicos, se desplegó un protocolo disuasivo para neutralizar cualquier riesgo.
El almirante Francisco Cubides, comandante de las Fuerzas Militares, aseguró que el presidente y su familia están protegidos bajo un dispositivo de alta seguridad. “No se descarta ninguna hipótesis. Nuestra misión es blindar la institucionalidad y evitar que cualquier amenaza se materialice”, dijo.
Este nuevo episodio revive los temores sobre atentados contra jefes de Estado en Colombia, recordando los casos de Álvaro Uribe e Iván Duque. El Gobierno insiste: la seguridad del presidente es ahora una prioridad nacional.
Fotos de referencia: Colprensa