El presidente comparó las cifras de seguridad de algunas ciudades colombianas con estándares europeos y asiáticos, mientras alertó sobre los riesgos ligados a la actividad portuaria.
Nación Costeña | Julio 26 de 2025
Desde Cartagena, el presidente Gustavo Petro destacó la notable reducción de la violencia en la ciudad de Montería, Córdoba, que —según él— registra una tasa de homicidios de 4.1 por cada 100.000 habitantes, comparable con los niveles de seguridad en varios países europeos.
“Montería tiene hoy una tasa de homicidios, ojalá esté bien la estadística, de 4.1. Eso es como en Europa”, señaló el mandatario durante su intervención pública.
Aunque no explicó las causas específicas de esta mejora, Petro dejó abierta la posibilidad de que se trate de un fenómeno atípico:
“No necesariamente es algo bueno, pero algo pasó”.
Contrastes entre ciudades
En contraste con Montería, el presidente expresó preocupación por el aumento de homicidios en Bogotá, una ciudad que venía presentando una tendencia sostenida a la baja:
“Bogotá venía disminuyendo, saliendo bien, pero ahora está aumentando”.
Petro también mencionó a Tunja como posiblemente la ciudad más pacífica del país, con una tasa que estaría cercana a 1 homicidio por cada 100.000 habitantes, lo que la ubicaría en niveles comparables con países como Japón.
Puertos: puntos críticos de violencia
El mandatario advirtió sobre la situación de ciudades como Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, donde los niveles de homicidios siguen siendo altos. Según Petro, la actividad portuaria y la ubicación geográfica influyen directamente en el aumento de la criminalidad.
“Cartagena, Barranquilla y Santa Marta son puertos, y eso influye”, explicó, aludiendo a los vínculos entre el comercio marítimo, el narcotráfico y otras economías ilegales.
También se refirió a ciudades de frontera como Cúcuta y Tibú, donde los problemas estructurales se combinan con dinámicas violentas transfronterizas.
Un llamado a entender las causas
Petro concluyó su intervención subrayando la necesidad de analizar los factores estructurales, sociales y geográficos que explican la variación en los índices de seguridad en las distintas regiones del país. Según él, solo con base en ese análisis será posible diseñar políticas de prevención de la violencia realmente efectivas.