El cruce de declaraciones entre figuras políticas de alto perfil volvió a encender las redes sociales este martes, luego de que el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, respondiera con ironía a un mensaje del abogado y candidato presidencial Abelardo De la Espriella, quien en días pasados se refirió con dureza a la izquierda política en Colombia.

Todo comenzó cuando De la Espriella, en una de sus publicaciones, afirmó que “destripará a los señores de la izquierda” y los declaró abiertamente como “enemigos”. El presidente Gustavo Petro reaccionó de inmediato, solicitando a la Fiscalía General de la Nación y a la justicia de los Estados Unidos investigar al abogado por lo que calificó como una posible incitación al odio y amenaza de exterminio político.

La tensión escaló aún más con la intervención del exalcalde Daniel Quintero, quien respondió a un ataque personal de De la Espriella con un tono burlón:

El episodio finalizó —al menos por ahora— con un nuevo mensaje del exalcalde:

“Ladroncito metrosexual. No te vistas que no vas. Vamos a mandar la derecha a la mierda.”

De la Espriella, por su parte, no se quedó callado y volvió a arremeter contra Quintero, llamándolo “ladroncito mal vestido” y acusándolo de supuesta corrupción durante su paso por la Alcaldía de Medellín:

“Te recuerdo quién se robó el dinero de Medellín mediante los contratos de chatarrización”, escribió el abogado.

El episodio finalizó —al menos por ahora— con un nuevo mensaje del exalcalde:

“Firulais, no había visto tu mensaje. A la 1am generalmente estoy durmiendo. A los ladroncitos talla baja como vos los atiendo de día. Espera tu turno. (D.Q.C)”

Este nuevo intercambio ha generado tanto críticas como respaldo en redes sociales. Algunos sectores ven en las declaraciones de De la Espriella un discurso de odio que cruza límites peligrosos, mientras que otros defienden su postura como parte de una contienda ideológica legítima.

Lo cierto es que, en medio de un ambiente político ya caldeado, los ataques personales, la desinformación y los discursos polarizantes parecen marcar el rumbo de lo que será una campaña electoral tensa, agresiva y altamente mediática.

Fotos: Colprensa