Con una inversión de $6.387 millones, el corregimiento de El Hatillo contará con un nuevo Parque Ambiental que busca recuperar espacio público, mitigar problemáticas ambientales y mejorar la calidad de vida de la comunidad.

El proyecto, liderado por Corantioquia y la Alcaldía de Barbosa, responde a la necesidad urgente de generar espacios verdes y accesibles en un municipio que actualmente registra apenas 2,73 m² de espacio público por habitante, cifra muy por debajo de la meta establecida en el Plan Básico de Ordenamiento Territorial (6,5 m²/hab).

El nuevo Parque Ambiental de El Hatillo no solo ampliará la oferta de espacio público, sino que también promoverá la sostenibilidad al integrar áreas recreativas, culturales y de educación ambiental con la preservación del paisaje natural.

Retos ambientales que atenderá el proyecto:

  • Falta de zonas verdes y espacio público en el corregimiento.

  • Pérdida de capacidad de infiltración de suelos y afectación a la recarga de acuíferos.

  • Aumento del efecto de isla de calor urbano por exceso de superficies duras.

  • Riesgo de contaminación del agua subterránea por rellenos inadecuados.

  • Necesidad de generar espacios pedagógicos, como un aula ambiental para actividades de avistamiento de aves y reconocimiento de flora nativa.

El alcalde de Barbosa, Juan David Rojas Agudelo, destacó la relevancia de esta iniciativa:

“El parque ambiental cambiará la cara de entrada y salida de nuestro municipio. Responde a problemáticas como el manejo de residuos, erosión del terreno y falta de cobertura vegetal. Es un sueño cumplido para proteger la vida y transformar la comunidad”.

Por su parte, la directora general de Corantioquia, Liliana María Taborda González, afirmó:

“La alianza entre Corantioquia y la Alcaldía de Barbosa demuestra que, a través de la cooperación, podemos generar impactos positivos y duraderos. Esta inversión refleja nuestro compromiso con la preservación del patrimonio natural de la región”.

La comunidad de El Hatillo recibió con entusiasmo el anuncio, resaltando no solo el monto de la inversión, sino la importancia de contar con un espacio que fortalezca la identidad del corregimiento y que, al mismo tiempo, contribuya a la gestión del riesgo ambiental en una zona estratégica para el Valle de Aburrá.