Colombia, agosto de 2025. El auge de las viviendas de renta corta —propiedades arrendadas por días o semanas a través de plataformas como Airbnb y Booking.com— ha transformado el mercado inmobiliario colombiano. De acuerdo con AirDNA, el país alcanzó más de 122.000 inmuebles activos en agosto de 2025, siendo Medellín (+21.500), Bogotá (+20.100), Cartagena (+14.300) y Santa Marta (+9.500) las ciudades con mayor concentración, que en conjunto suman el 53% de la oferta.

Este crecimiento dinamiza el turismo y genera ingresos, pero también plantea serios desafíos para las comunidades residenciales y la administración de edificios: inseguridad, conflictos de convivencia, pérdida de valor de los inmuebles y riesgos legales.

Los principales problemas de las rentas cortas

Según la compañía Comunidad Feliz, software especializado en la gestión de edificios y condominios, los impactos más frecuentes son:

  • Inseguridad: la entrada constante de desconocidos aumenta el riesgo de actividades ilícitas. Sin un registro claro de quién entra y quién sale, las copropiedades se exponen a redes de microtráfico, explotación y otros delitos.

  • Problemas de convivencia: fiestas, ruido excesivo y uso indebido de zonas comunes generan choques entre residentes y visitantes. En Bogotá, las quejas por ruido en apartamentos crecieron un 17% en 2024, según la Policía Nacional.

  • Desvalorización del inmueble: la percepción de caos y falta de control puede afectar la plusvalía de los apartamentos.

  • Ilegalidad y sanciones: la Ley 675 de 2001 y recientes sentencias del Consejo de Estado establecen que, si el reglamento de la copropiedad no autoriza expresamente la renta corta, esta actividad es ilegal. Además, muchos arrendadores operan sin el Registro Nacional de Turismo (RNT), lo que expone a sanciones.

Tecnología para una gestión segura

Ante este panorama, la tecnología se perfila como una herramienta clave. Plataformas como Comunidad Feliz, que recientemente llegó a Colombia, ofrecen soluciones digitales para el control de accesos, la gestión de quejas y la administración de reglamentos.

Amable Rivas, gerente general de la compañía en el país, advierte:

“Su edificio no es un hotel, pero podría sufrir los mismos problemas que se dan por mezclar el uso residencial con una operación hotelera sin control. La tecnología es una gran aliada para promover la seguridad y la buena convivencia”.

Recomendaciones para administradores y copropiedades

  1. Control de acceso digital: registrar cada visitante mediante códigos QR, identificando quién entra, cuándo y bajo qué autorización.

  2. Reserva de zonas comunes: establecer horarios y límites de aforo para evitar conflictos.

  3. Gestión de reglamentos: usar plataformas digitales para consultar y votar modificaciones al reglamento de propiedad horizontal.

  4. Cumplimiento legal: tramitar el RNT, reportar huéspedes extranjeros a Migración Colombia y garantizar que las pólizas de seguro cubran esta actividad.

Rivas concluye que el debate sobre la renta corta no debe ser un “sí o no”, sino un “cómo”:

“La prohibición total puede ser tan problemática como la falta de control. La clave está en dar a la comunidad las herramientas para decidir y gestionar sus propias reglas. Bien administrada, esta tendencia puede convertirse en una oportunidad para fortalecer la seguridad, la convivencia y la valorización de los inmuebles”.