Kedusha es una banda de rock instrumental formada por Hans J. Vollert, exintegrante del grupo V For Volume, bajista invitado en proyectos como Ultrágeno, Koyi K Utho, Marc Rizzo y guitarrista invitado de Soulfly, Cavalera Conspiracy e Il Nino, entre muchos otros. La música de Kedusha nace desde el ‘exilio’ en medio del encierro de una pandemia y permite que, en momentos de completa incertidumbre, fuerzas contrarias se manifiesten, pero a la vez equilibren al individuo.

«Decidí empezar a componer un material que servía como catarsis, primordialmente, explorando formas diferentes de sentir la música, no solo a través del bajo, sino la guitarra y la programación de secuencias. No fue sino hasta que el baterista de sesión Juan Montaña hizo su trabajo, a partir de la composición de baterías para la música de Kedusha, que decidimos entrar a estudio y sacar a la luz estas canciones, ya que nos sentimos conectados a través de nuestra música aun siendo completos extraños», comenta Hans J. Vollert.

La intención detrás de la música de Kedusha es darle a conocer a las personas que, en un mundo de interconexión, la naturaleza egoísta del hombre genera caos.

Con sus canciones, este proyecto de música instrumental busca que la gente sienta y perciba algún tipo de sensación que lo ponga en contacto con su parte más real para que, a partir de ella, se conecte de una manera más real con los demás. Se trata de hacer «sentir» instintivamente con melodías y no de dar instrucciones a partir de letras.

Su primer sencillo ‘Adam’ es el alma colectiva del ser humano. Allí somos perfectos, iguales y nos rige el amor; la adhesión a la naturaleza y sus fuerzas. Somos solo receptores de luz y ella se recibe únicamente poniéndonos por encima de nuestra naturaleza egoísta y, por eso, necesitamos posicionarnos en un lugar donde tengamos perspectiva, es decir por encima de nuestro odio; en una montaña. Tiene influencias post rock, post metal, ambiental y cualquier expresión en donde no haya cabida para ninguna otra forma diferente a crear desde el interior del ser, no del músico.