La Policía Nacional entregó un informe a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) sobre los más de 70.000 integrantes de la Institución víctimas de violaciones a los derechos humanos. La investigación recoge hechos ocurridos entre 1985 y 2016.

El documento ‘Policía Nacional: Vocación, Servicio y Sacrificio’, presentado por el ministro de la Defensa, Diego Molano, recopila los nombres, datos e historias de 70.980 policías que fueron víctimas de violaciones a los derechos humanos entre 1985 y 2016, cuando se firmó el acuerdo de paz.

«Las Farc nunca discriminó entre civiles y militares, sin importar la naturaleza civil de la Policía que excluye como combatiente a sus miembros sin contemplación y merecen tener garantizado su derecho a la verdad, la reparación, la justicia y la no repetición», expresó Molano.

«Aquí se reivindica lo más importante que es la vida, aquí le entregamos un informe a la JEP, de lo que representa para nosotros, es defender y proteger, visibilizando la justicia que representa para nosotros», dijo por su parte el General Fabián Cárdenas, Director Antisecuestro de la Policía.

Para el alto oficial, es «por esta justicia entregamos nuestra familia, nos alejamos de ella, por proteger a los niños y niñas, campesinos e indígenas colombianos, para lograr una convivencia sana».

«Por eso valoramos este informe colectivo, es la primera expresión al derecho a nuestra participación a nuestras víctimas, dando a conocer de manera relevante de lo que ha tenido que pasar los policías y las policías colombianas», precisó.

Uno de los desgarradores relatos que se conocieron en este acto fue el del intendente Manuel Martínez, quien fue quemado y secuestrado por guerrilleros de las FARC en Currillo (Caquetá), en diciembre de 1999.

«Desde muy joven como patrullero viví hechos crueles, fui quemado y secuestrado por las farc, por los frentes 13, 32 y 49, la compañía Timanco del Bloque Sur, esos son los frentes que operaban en el Caquetá», contó Martínez.

«Nosotros solamente éramos 12 policías, ellos eran 800 guerrilleros, la orden eran quemarnos vivos, gracias a Dios pudimos defendernos, aguantar después de dos horas, nos tiraban ataques, aguantábamos los cilindros volando por la cabeza. Después resulté quemado, no teníamos apoyo», agregó.

En total, de los 70.980 policías víctimas del conflicto armado colombiano hay más de 2.800 uniformados con alguna discapacidad. Según el orden, la fuerza pública también ha sufrido crímenes como secuestro, homicidio y desaparición forzada, entre otros delitos que hacen parte de este informe.