Se lleva a cabo este miércoles en la región del Catatumbo (Norte de Santander) la audiencia de reconocimiento por parte de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en el caso 03 que relata los asesinatos y desapariciones presentadas como bajas en combate por agentes del Estado, denominados como falsos positivos.

En este segundo día de audiencia, según los magistrados del alto tribunal, los jóvenes de guerra fueron engañados por agentes militares y ejecutados en otras regiones del país, para así responder por resultados de operación.

Los involucrados, en su mayoría militares, cuentan el paso a paso de las ejecuciones y aceptaron ser responsables de algunos de varios asesinatos y desapariciones forzadas.

«Yo encontré a mi hijo a los ocho días, estaba en Medicina Legal. No vengo a hablar solo por mi hijo, sino por miles de víctimas que ha sufrido este flagelo», dijo Carmenza Gómez, Mamá de una de las víctimas de falsos positivos.

«Nos amenazan con los familiares, como hicieron con las madres de Soacha, como hicieron conmigo, que me mataron a mi otro hijo a los cinco meses. Estoy solicitado la libreta militar para mis nietos, porque no los voy a dejar ir, allá en el ejército le lavan la cabeza, para mí el ejército es corrupto, una manzana daña a muchas», agregó.

Demoledor

Posteriormente a las declaraciones de las víctimas, se conoció el desgarrador testimonio de uno de los coautores de estos crimines en el departamento de Norte de Santander. Se trata de Sandro Pérez Contreras, Sargento del Bloque 15 del Batallón Francisco de Paula Santander, quien planeó el transporte de estos jóvenes para su ejecución.

El uniformado declaró que se considera una ‘máquina de muerte’ tras estos hechos, y mostró su arrepentimiento en la audiencia. Su declaración dejó con un nudo en la boca a las progenitoras de tantos muchachos cuyas vidas segó la violencia estatal.

«Yo plané cómo llegar a esos jóvenes inocentes para matarlos. Yo era la persona que planeaba como trasportar a los jóvenes, con el pretexto de dar resultados operacionales, pero que en realidad eran asesinatos que se cometían con seres humanos inocentes», confesó Pérez Contreras.

«Que no tenían ninguna vinculación con grupos ilegales, muchos de ustedes han pasado necesidad por mi acto, están sufriendo de muchas maneras, no soy digno de recibir su perdón», añadió.

Los 10 militares imputados hicieron parte de la Brigada Móvil 15, y del Batallón de Infantería No. 15 General Francisco de Paula Santander, el cual tenía labores contra grupos armados ilegales en Norte de Santander.