Colombia votó por el cambio. Dos propuestas políticas apartadas del tradicionalismo se disputarán, el próximo 19 de junio, la presidencia de la República, para el periodo entre 2022 y 2026. Por un lado, Gustavo Petro, del Pacto Histórico, y por el otro, Rodolfo Hernández, de la Liga Anticorrupción.

Y junto a ellos están dos mujeres que podrían protagonizar por su parte una página en la historia política de la nación: la lideresa social Francia Márquez y la ingeniera y educadora Marelen Castillo, quienes podrían convertirse en la primera mujer afrocolombiana en llegar al Ejecutivo.

Márquez, junto a su fórmula Petro, sacó 8.527.768 votos, con el 40,23%. Mientras que Castillo y Hernández obtuvieron el 5.953.209, con el 28,15%. Las mujeres representan formas diferentes de hacer política, pero que en sí tienen en común la posibilidad de abrir caminos para una comunidad marginada.

«Estamos seguros de que vamos a ganar y haremos todo lo posible por conseguirlo. Seguiremos haciendo nuestro trabajo llamando a distintos sectores políticos, a los jóvenes, a la gente que no votó, a las mujeres», dijo Márquez.

«Yo soy una mujer que tiene la experiencia y formación, he hecho gestión académica administrativa. Vamos a tener a nuestro presidente. Voy a ser su coequipera», expresó por su parte Hernández.

Francia, a sus 41 años, es una líder social, activista medioambiental, defensora de derechos humanos, feminista, abogada, y política, nacida en el Cauca, que viene de sacar la segunda mayor votación en la consulta del Pacto, con más de 800.000 votos.

Por su parte, Castillo es una docente caleña de 53 años, ingeniera industrial e investigadora, quien incursiona en la política de la mano de Hernández, luego de que la periodista Paola Ochoa declinara el ofrecimiento del popular ingeniero.

Una de las dos, en representación de esa Colombia profunda, de una comunidad golpeada por la discriminación, estará el próximo 7 de agosto en la Casa de Nariño, desde donde tendrá el reto de impulsar diferentes iniciativas de tipo social en favor de los connacionales.